El asalto que sufrieron tres mujeres en Villa La Lata la tarde del jueves, cuando una banda las obligó a detener la marcha para robarles la cartera, parece ser moneda corriente en las calles del asentamiento céntrico. El 2 de octubre pasado, una martillera pública que transitaba por Rueda en su Renault Clío se vio obligada a aminorar la marcha al llegar a Paraguay cuando un adolescente se le cruzó en el camino. Otro se arrojó por la ventanilla del acompañante y tras sustraerle la cartera le provocó un profundo tajo en la rodilla derecha. Norma Beatriz Martín, de 51 años, se enteró por los mismos vecinos que lo que le había pasado a ella era una práctica repetida cuando algunos de ellos le acercaron papelitos con los nombres de los asaltantes. "Con el suyo ya van cuatro robos en el día", le dijeron. Con esa información acudió a la comisaría 5ª y denunció que le habían robado mil pesos, 157 dólares, el registro de conducir y documentación. "El dinero que traía ni siquiera era mío, era de un cliente. Tuve que hacer frente al cliente y pedir plata para vivir", contó la mujer a La Capital cuando se repuso de la furia que sintió al leer la nota donde se informaba de tres episodios idénticos al suyo. La mujer aseguró que en la seccional le entregaron un álbum prontuarial desactualizado y, como no reconoció allí a sus atacantes, los policías le dijeron que "no podían hacer nada". Entonces Norma señaló que uno de los agresores se había lastimado con los vidrios de la ventanilla y finalmente los uniformados fueron al lugar. "Me dejaron sola a custodiar el patrullero lleno de armas largas. Cuando volvieron, me dijeron que el rastro de sangre se perdía en un ranchito donde no atendía nadie y que no podían hacer más nada", contó. Por el caso nunca hubo detenidos y la mujer no recuperó sus pertenencias.
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