El testimonio de distintos testigos sobre el accionar de una banda de piratas del asfalto complicó la situación del oficial de policía Gustavo Orso, quien horas después de lograr su libertad fue otra vez apresado el sábado pasado. El robo investigado había ocurrido el martes de la semana pasada en Puerto San Martín y por esa causa se encuentran detenidos dos hombres y una mujer, en tanto un cuarto partícipe se encuentra prófugo.
Orso había sido detenido por su participación en el robo y liberado por orden del juez Eduardo Filocco. Pero su situación se complicó con los testimonios de los detenidos y otros testigos indirectos del ilícito, según confirmó un vocero de la investigación. Esos relatos involucraron a Orso como uno de los organizadores de la banda, con detalles que complicaron la situación procesal del policía y provocaron su nueva detención.
Orso es un oficial que fue desplazado de la seccional de Bombal, departamento Constitución, en mayo de 1999, cuando una investigación de La Capital descubrió el funcionamiento de dos casinos clandestinos en esa localidad y en General Gelly.
Los primeros pasos de la investigación por el robo de 30 mil kilos de speller de soja en Puerto San Martín cuentan que la banda tenía planeado consolidar su trabajo en el rubro, pero con mayor rédito. El plan era dejar a un lado los cargamentos de cereal para dedicarse al combustible, un rubro más cotizado, señaló el vocero.
Los integrantes de la banda, además del policía, serían Eduardo Fabián Pauli, de 32 años; Diego Maximiliano Ozán, de 20 y Paola Verónica Trisca, de 24; que se encuentran detenidos por el robo y la privación ilegítima de la libertad del camionero Marcos Alberto Bolletta, que denunció el caso.
La Brigada de Investigaciones de San Lorenzo busca a un cuarto hombre que participó del robo, que se encuentra identificado y con una orden de detención en su contra.
Los pesquisas indicaron que todos los integrantes cuentan con numerosos antecedentes por robos. Sus fichas, precisamente, fueron las que facilitaron los reconocimientos de los testigos que forman parte de la causa.
Pruebas comprometedoras
Los investigadores sostienen que las pruebas con las que cuentan son suficientes para sustentar las acusaciones contra los miembros de la banda y tendieron contactos para averiguar si el grupo tuvo participación en otros casos dentro y fuera de los límites provinciales.
Después de detener el camión y secuestrar a su conductor, la banda vendió el cereal al dueño de un campo situado entre Bombal y Bigand, Juan José Cartadia, que se encuentra detenido por encubrimiento. La acusación se basa en que el productor recibió y vendió inmediatamente la mercadería en conocimiento de su origen ilegal.
El recorrido que realizó la banda desde el cruce de la avenida América y la ruta 11 hasta la localidad de Los Molinos, donde fue liberado, fue develado por el camionero, que en ocasiones logró zafarse de la venda que le colocaron sus captores. Así, junto a la policía, encontró el acoplado del camión en un taller metalúrgico y gomería ubicado a pocos kilómetros de una estación de servicios que había identificado. El responsable del taller, Cristian Grael, también permanece detenido como miembro de la banda.
La Ciudad
