Año CXXXVI
 Nº 49.687
Rosario,
lunes  09 de
diciembre de 2002
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Múltiples expresiones marianas en el Día de la Inmaculada Concepción
Los santuarios de Luján y San Nicolás fueron los lugares que más convocaron a fieles de todo el país

Los argentinos hicieron pública ayer, al celebrarse la festividad de la Inmaculada Concepción de María, su conocida devoción mariana con múltiples expresiones de fe popular en los santuarios donde se veneran las distintas advocaciones a la Virgen. La basílica de Nuestra Señora de Luján, patrona de la Argentina y el templo en honor a Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás, fueron los lugares centrales de devoción, pero también se notó la creciente adoración a la Virgen Desatanudos, en el barrio porteño de Agronomía.
Luján tiene un magnetismo especial, y como sucede cada fin de semana, miles de fieles llegaron hasta el santuario para pedir, agradecer y rezarle a la imagen mariana que quiso quedarse en esas tierras bonaerenses allá lejos y hace tiempo.
Esta vez la convocatoria no tuvo una cabeza visible, pero muchos espontáneamente se acercaron. Lo hicieron a pie, en autos, en micros y hasta en bicicleta. Los enfermos, los discapacitados, los que están sin trabajo o aquellos a quienes el hambre golpea a sus puertas cada día, dijeron presente.

Súplicas
No obstante las súplicas por una justicia social que no llega, la acción de gracias movilizó mayoritariamente a la gente. Tal el caso de Lucila, una anciana de Bánfield, que con un rosario en su cuello caminó lentamente por la nave central de la basílica para dejar una rosa blanca a los pies de la patrona. "Se lo debía, Ella todo lo da y nada pide a cambio. A veces sufrimos, pero María siempre está para alentarnos", comentó al ser consultada sobre su gesto.
En San Nicolás, el peregrinar de automóviles fue incesante. Pan, trabajo y salud son los ruegos repetidos, pero son muchos los que acuden en busca de consuelo y milagrosas curaciones.
A estas historias conocidas se suma la devoción porteña por la Desatanudos o "Nuestra Señora, la que desata los nudos", como le gusta llamarla a los sacerdotes del lugar para que "Satán" no aparezca junto a la Virgen.
Las desbordantes muestra de afecto mariano obligaron a abrir el templo a la medianoche y a ordenar la larga fila de espera detrás de un vallado que cubría varias cuadras en el barrio de Agronomía. Un paisaje que viene repitiéndose desde el 8 de diciembre de 1996 cuando se entronizó la pintura de la Virgen desatando nudos.
"El lema esta vez es «Con María recemos a Jesús: para recuperar la esperanza»", explicó el presbítero Alejandro Russo. El sacerdote también indicó que "más de 40 mil personas pasan a lo largo del día".
Además de los rezos delante del ícono ubicado en la parte posterior sobre el lado izquierdo del templo, los peregrinos coparon las santerías que pululan en las cercanías en busca de un "recuerdito" de la Virgen.
En otras provincias la fe mariana se repitió casi sin discontinuidad. Nuestra Señora del Valle e Itatí, fueron sólo una muestra de la devoción popular. Esta vez la nota relevante la dio San Luis, al renovar -como aquel 8 de diciembre de 1972- la consagración de la diócesis a la Madre Inmaculada. La celebración central fue presidida por el obispo Jorge Lona, quien pidió a la Virgen por "la salvación de la patria".
El dogma de la Inmaculada Concepción data de 1854, cuando fue proclamado por el papa Pío IX, y desde entonces pasó a ser la festividad más popular y solemne. (DyN)



La veneración a la Virgen se mezcló con los ruegos.
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