A casi un año de la postal que mostraba al entonces renunciante presidente Fernando de la Rúa saliendo en un helicóptero desde la terraza de la Casa Rosada, atravesado por una profunda crisis institucional y social, los analistas políticos Rosendo Fraga y Ricardo Rouvier coincidieron en que la principal tarea que tendrá el futuro presidente es "alcanzar la gobernabilidad" y emprender la "recuperación económica y social".
Fraga destacó que el proceso electoral se realizará "en medio de una crisis del sistema bipartidista", ya que avisora que la Unión Cívica Radical "ha desaparecido como fuerza electoral" y que el justicialismo, "por primera vez irá dividido" a las elecciones presidenciales.
Fraga va más allá, al considerar que la feroz lucha interna desatada entre Carlos Menem, Eduardo Duhalde y Adolfo Rodríguez Saá "puede ser una amenaza para la precaria estabilidad alcanzada en los últimos meses".
En el mismo sentido, Rouvier señaló que tanto el radicalismo como el Frepaso electoralmente "están licuados" y que el PJ es una "federación de partidos que no puede garantizar su interna" y que mantiene en su seno "discrepantes modelos de país".
Para Rouvier el estallido de diciembre del año pasado fue la condensación de una crisis más profunda que tiene por protagonistas "a un pueblo desencantado y enojado" y por el otro lado "a una fragmentada corporación política, cada vez más lejos del soberano".
Volviendo al análisis electoral, Fraga estimó que la izquierda, a partir de "la crisis del bipartidismo, la confusión ideológica y el triunfo de Lula" en Brasil tiene "posibilidades de ganar", pero el director de Nueva Mayoría agregó que ese sector "está dividido y sin voluntad de llegar al poder".
Este escenario, siempre en palabras de Fraga, pone al candidato centroderechista Ricardo López Murphy, "con un lenguaje más popular, con posibilidades de disputar una segunda vuelta".
A estos diagnósticos hay que sumarle que en los últimos años la crisis "se ha canibalizado a figuras políticas e instituciones" destacó Rouvier, por lo que para el analista "la pregunta principal es cómo garantizar gobernabilidad, una vez que asuma el nuevo presidente, para emprender la recuperación económica y social, desde el eje esencial de la política".
Fraga, en tanto, concedió que la expectativa sobre quién va a ganar las elecciones "comenzará a ejercer influencia sobre la realidad a partir del segundo trimestre del 2003", dado que "la realidad sufre una interacción con el futuro esperado".
"La Argentina finaliza el año más duro de su historia, en términos de caída de la actividad económica, deterioro social y falta de credibilidad en las instituciones, con la percepción de que lo peor de la crisis ya pasó", dijo Fraga.
Crisis social
Si bien la crisis social que atraviesa el país podría considerarse inédita, con datos alarmantes como que en el 2002 se registró el récord histórico de desempleo y el máximo nivel de pobreza e indigencia, Fraga entiende que los subsidios a jefas y jefas de hogar -que reciben más de dos millones de personas- "evitan en el corto plazo un nuevo estallido social, pero no resuelven la crisis social estructural".
A pesar de que la situación del país sigue siendo incierta, para Fraga hay lugar para un moderado optimismo. "Parecería que el peor momento de la crisis económica ha pasado. En el primer trimestre del 2002 se registró la mayor caída de la actividad económica de la historia, pero la economía dejó de caer en el tercer trimestre", indicó.
Claro que para este analista "será el grado de previsibilidad económica que muestre el nuevo presidente la clave o no de una recuperación económica sostenida a partir del 2003". En cuanto a nombres, Fraga no tiene dudas: "Con Menem la recuperación sostenida será más fácil que con Rodríguez Saá o Elisa Carrió".
Fraga mostró su preocupación porque la economía ha dejado de caer "sin haber acordado con los organismos financieros internacionales" y ello ha creado en la política argentina "la peligrosa percepción de que es posible crecer sin normalizar la relación del país con el mundo".
Que el 2003 se transforme en el inicio de una recuperación sostenida "dependerá de quién sea electo presidente y de la gobernabilidad que alcance", concluyó Fraga.