Año CXXXVI
 Nº 49.687
Rosario,
lunes  09 de
diciembre de 2002
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El curador habló en Rosario de su experiencia en la Documenta
Carlos Basualdo: "Los europeos son progresistas al hablar pero en política son muy reaccionarios"
Dijo que en el Viejo Continente no conciben el multiculturalismo y sólo les llama la atención lo exótico

En los últimos años el rosarino Carlos Basualdo se ha convertido en uno de los curadores de arte contemporáneo más importantes del mundo. Su reciente participación en el equipo curatorial de la Documenta, la muestra más prestigiada del globo que se realiza cada cinco años en Kassel, Alemania, y su designación como director artístico de una de las secciones de la próxima Bienal de Venecia hablan del reconocimiento y proyección internacional.
Sin embargo, Basualdo, quien vive desde hace diez años en Estados Unidos, no pierde la perspectiva sudamericana en la concepción de su trabajo, que él inclusive suele calificar como "rosarina". Es que a través de sus proyectos va desarrollando propuestas críticas que, sin perder la dimensión internacional, tienen algún fundamento en su condición de haber nacido justamente en un lugar no central en la cultura.
Basualdo estuvo en Buenos Aires invitado por el Ministerio de Relaciones Exteriores y se acercó a Rosario para dar una charla fuera de programa. Tras una rápida convocatoria, en el Museo Castagnino habló sobre su experiencia como curador y abrió un largo debate, donde uno de los temas inevitables fue la última Documenta, así desgranó la decisión "políticamente correcta" de haber designado a Okwui Enwezor, un curador nigeriano residente en EEUU, al frente de la muestra y la hipocresía europea entre el discurso sobre el multiculturalismo y la política real claramente discriminatoria.

De la oposición a la transformación
Al comparar la última edición de Kassel -en la que trabajó con Enwezor- con la anterior que estuvo a cargo de la francesa Catherine David, señaló que David hizo un planteo francamente oposicional, con un claro discurso antimercado aunque dependía de las corporaciones. "Nosotros -advirtió Basualdo, haciendo hincapié en características sudamericanas- partimos de un principio de supervivencia, por eso creo que es necesario concebir la crítica a partir de un modelo transformativo, no oposicional. No se trata de estar contra el mercado sino de articular la propuesta con los distintos sectores. Es una experiencia más rica, no necesitamos un discurso antimercado aunque remarcamos el cuestionamiento, sé que eso nos vuelve sujetos a la crítica, pero fue una decisión. Es que la oposicionalidad es un lujo de la sociedad del bienestar, ahí tiene su génesis, y creo que asumirlo como propio nos nos lleva a nada. En términos generales, David tenía una visión europeísta. La diferencia más importante es que intentamos pensar a partir de condiciones de producción no hegemónicas".
Al referirse al posible multiculturalismo europeo, se mostró algo escéptico: "Brasil se constituyó como sociedad multicultural, EEUU también pero obviamente a partir de una fuerte segregación, en cambio Europa se está volviendo multicultural hace poco, ampliando modelos, pero es un intento muy tibio de incorporar al otro. Se trata más de una mirada relacionada con lo exótico, a la vez que más claramente se busca una especie de territorialización en una supuesta identidad europea que a partir de la Unidad Europea se ha vuelto un proyecto central".
Si bien dijo que no quería ser pesimista, sostuvo que no creía que ese proyecto cultural podía llegar a asumir y pensar el multiculturalismo. "Para nada", concluyó.
En ese sentido, está convencido de que va a haber muchos más conflictos. "Los inmigratorios son diarios -ejemplificó-. Y aunque en Europa necesitan de los inmigrantes para mantener el nivel de vida, dado el bajo índice de natalidad, políticas como las de Chirac o más extremas, como la de Berlusconi, son claramente antiinmigratorias. Europa no concibe el multiculturalismo. Hay que pensar por ejemplo que Schroeder no logró darle el doble pasaporte a los turcos que nacieron en Alemania, a pesar de que se trataba de personas de tercera generación nacida en el país. Hubo una resistencia muy grande" \Para Basualdo, nombrar un nigeriano como director artístico de la Documenta fue algo políticamente correcto: "En EEUU son torpes pero más o menos dicen lo que piensan, los europeos son progresistas en lo que hablan pero en la política son muy reaccionarios. Documenta es proyecto cultural de cierto sector más progresista pero también por eso es criticada".

La situación cultural poscolonial
Okwui Enwezor ha sostenido que el "tema" de la Documenta fue el análisis de la situación cultural poscolonial. Basualdo agrega que en la exposición se intentó concentrarse en repensar la idea de autonomía porque "actualmente, si se considera la producción artística internacional en su conjunto, los planteos del arte como autónomo son más bien la excepción que la regla. La idea es que no hay un arte político o un arte social, porque el arte lo es desde siempre".
"Nuestro objetivo -agregó- fue crear una nueva topografía de la cultura y pensar de la manera más compleja posible en las relaciones entre producción artística o lo que podríamos llamar agenciamientos estéticos, y el contexto político y social de todo aquello que llamamos producción cultural. Es interesante, por ejemplo, ver cómo se reconstruye Europa a partir de los estallidos de mayo de 1968, ese espacio utópico en el que se definen nuevamente las relaciones entre cultura y política. Cuando uno reconstruye esa topografía se da cuenta de que no puede hablar de esos cambios sin referirse a los países del Tercer Mundo, a Africa y, en este contexto, a lo que pasó en Cuba y a América latina. La historia de la cultura ha sido desde siempre mucho más compleja del modo que parece haber sido recuperada últimamente. Lo que hicimos con esta Documenta fue, modestamente, un intento de explicitar toda esa complejidad".



Basualdo es uno de los curadores más reconocidos.
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