La reforma laboral divide aguas en las filas del gobierno

Los ministros de Trabajo y Producción discrepan sobre las opciones para fomentar el empleo

La ministra de Trabajo, Graciela Camaño, advirtió ayer que no está "dispuesta" a formar parte de otro "proceso flexibilizador" como el que hubo en el país y que tomó al trabajador como "variable de ajuste de una no competitividad económica", en el marco de la polémica que mantiene con su par de la Producción, Aníbal Fernández.
El ministro de la Producción propuso eliminar las indemnizaciones para los empleados que se incorporen al mercado laboral en el sector privado. Camaño, en cambio, auspicia el pago de una "indemnización simple" para quienes ingresen a trabajar a partir de enero próximo y mantener el pago de la doble indemnización hasta marzo próximo para los trabajadores con empleo estable.
"Lo que yo quiero definir con mucha claridad es que acá hubo todo un proceso flexibilizador tomando como variable de ajuste una no competitividad económica al trabajador, y yo francamente no estoy dispuesta a ser parte de ese proceso, si es que ese proceso se plantea nuevamente", alertó ayer Camaño.
Fernández minimizó sus discrepancias con su colega. Aclaró que la suya es una "propuesta de emergencia" y sostuvo que no es una "flexibilización". Propone que gobierno, sindicatos y empresas se pongan de acuerdo en que por un lapso que podría ser de 8 meses, no se paguen las cargas sociales ni indemnización. Ello, según dijo, permitirá "blanquear el trabajo en negro y que se pague lo que dice el convenio".
En declaraciones radiales, Camaño dijo que "el ministro Fernández, que está en el sector de la producción vinculado con los empresarios, obviamente también busca desde su lugar las posibilidades del crecimiento y las posibilidades de producir", analizó, aunque puntualizó que "sucede es que yo tengo en ese sentido una opinión dispar, y me parece que esto no es malo".

Fernández entiende que su proyecto no flexibiliza.