Año CXXXVI
 Nº 49.686
Rosario,
domingo  08 de
diciembre de 2002
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Análisis: Menem sube y el duhaldismo tiembla

Mauricio Maronna / La Capital

"¿Hasta cuándo van a echarnos la culpa de los problemas de la Argentina? Que el futuro de este país se decida entre (Eduardo) Duhalde y (Carlos) Menem no habla muy bien de los argentinos. Es más, no aprendieron nada". La frase no partió de un politólogo extranjero, sino de la embajada de EEUU.
Una sensación galopa los corazones del duhaldismo: Menem avanza en todas las encuestas y (pese al veranito económico) ninguno de los otros precandidatos quiere colgarse del saco oficial. Quedar estigmatizado como el "delfín de la Casa Rosada" parece traer aparejada la peor de las desgracias electorales.
Una fuente irrefutable de Diputados, vinculada al abanico de sectores peronistas, fue explícita: "Los legisladores del interior que llegan los martes acá tienen las mismas opiniones: maldicen por lo bajo a (Carlos) Reutemann por no dar pelea, sostienen que es el único que puede salvar al peronismo, pero no cierran ningún canal con el Turco".
Durante una tórrida mañana de verano en la Casa Gris, con Menem a punto de ir a prisión, y su futuro político "terminado" según los analistas, Reutemann miró a un cronista de La Capital y soltó un pronóstico. "Los periodistas de opinión se equivocan, Menem va a ser un cadáver político el día que se muera, antes no... Si zafa de la Justicia será casi imposible ganarle una interna".
Y ahí va el riojano, con un 65% de ciudadanos que dice detestarlo, pero que, a la vez, sostiene que será el próximo presidente. ¿Nadie muere en las vísperas? Aunque sin hacer la menor autocrítica de su gestión, el caudillo de Anillaco bajó una orden: "Que dejen de aparecer en televisión los mismos de siempre; hay que cambiar las caras". Ahora, Alejandra Oviedo, Juan Manuel Urtubey, Adrián Menem y Javier Mouriño, entre otros, son los predicadores menemistas en los programas periodísticos. "Somos la renovación", chicaneó uno de ellos a La Capital.
Al borde de la desesperación, y repasando el viento a favor de la economía, un asesor de Duhalde se confesó ante un periodista: "Tenemos el motel, el champán y hasta el Viagra... Pero nos falta la puta". Le sirvió para describir los nones de Reutemann y los desaires de Kirchner. "De la Sota tiene menos puntos que Huracán", agregó uno de los barones del conurbano.
"Lo del acuerdo con Menem es pura espuma, lo único que estamos tratando de hacer es que el Alemán (por Reutemann) dé el sí, lo otro es para la gilada", dicen. ¿O están usando al Lole como vidriera para esmerilar a De la Sota y Kirchner, confiando en que que al final aparecerá Duhalde subido a la tarima presidencial? "Reutemann sabe de esa jugada. Es más, alguien de su entorno se lo comentó en la semana a una periodista del diario La Nación", apuntan desde Santa Fe. Muy lejos de las internas y los operativos (entre tanto "alcaucil" y "esperanza rubia", sólo falta que a alguien se le ocurra poner en marcha la "Operación ja ja") está la sociedad.
Desmovilizado e incrédulo de la derecha, el centro o la izquierda, al hombre común nada le importan los congresos partidarios y las promesas tribuneras. Y maldice a quienes, como en Rosario y Santa Fe, jamás se ocuparon tanto en trabajar como a la hora de impedir a capa y espada la reducción de bancas de los Concejos Municipales.
La corporación política canta hasta morir y el futuro, de a ratos, parece estar en manos de unos locos con carné.


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