Editorial

Iniciativa que valoriza el río

No constituye una novedad el que durante un largo tramo de su historia Rosario vivió, virtualmente, de espaldas al Paraná. Paradójicamente, el mismo río que se había erigido en la principal razón de la prosperidad de la pujante urbe, como privilegiada vía de contacto con el resto del mundo, era casi ignorado por sus habitantes en cuanto a posibilidades recreativas se refiere. Y así, con escasas excepciones, un enorme potencial era desaprovechado.
Pero la lección parece haber sido aprendida. Después de largos años en los que el Paraná permaneció escondido detrás de rejas o con su acceso obstruido por absurdas prohibiciones, la ciudad pareció despertar y recobrar conciencia de lo que estaba perdiendo. Y así, la última década alumbró iniciativas destinadas a recuperarlo para el disfrute de la gente. La isla, hasta entonces privilegio de pocos, se tornó paseo habitual de los rosarinos. Y las playas de la ciudad también ganaron en jerarquía. No poco mérito tienen en este reencuentro las administraciones municipales, que concretaron ambiciosos proyectos. Y ahora una línea costera del transporte urbano de pasajeros unirá el centro de la ciudad con La Florida. El aporte, si se quiere, es pequeño, pero se agrega como un valioso eslabón más a una cadena que merece ser extendida.
La propia Municipalidad explotará el servicio. Los colectivos saldrán de la plaza Sarmiento, pasarán por la Estación Fluvial y desde allí, bordeando toda la ribera, llegarán hasta el balneario más popular de la ciudad y finalmente a la cabecera del puente Rosario-Victoria. Otro detalle que amerita el elogio es la reducción del precio de setenta y cinco a cincuenta centavos para aquellos pasajeros que realicen el trasbordo desde otro colectivo urbano.
Desde esta columna, ajena a cualquier embanderamiento sectorial o partidario, se procura estimular todos aquellos proyectos que contribuyan a incrementar el bienestar de los rosarinos. En este caso, aunque podría parecer un hecho menor, se trata de un paso más en el camino que lleva a la ciudad a reunirse definitivamente con su emblemático río.