Marcelo Lev
El faro Recalada del balneario bonaerense de Monte Hermoso, inaugurado en 1906, es uno de los más altos de Sudamérica y el sexto a nivel mundial entre los faros de estructura abierta. El próximo 6 de enero cumplirá 97 años y a pesar del tiempo y del avance tecnológico, aún hay nostálgicos capitanes de barcos que dirigen su mirada hacia el faro como pidiendo que les indique el rumbo. Su primer equipo de iluminación fue un Barnard-Barbier con dos lentes de 180 grados, con una lámpara incandescente por vapor de petróleo que emitía destellos blancos simples, de cinco en cinco segundos. Años después, en 1928, se le aplicó un sistema luminoso automático. En 1976 se lo sustituyó por uno giratorio con método óptico de lentes, y actualmente el equipo está conectado a la red urbana de alumbrado con una lámpara de 1.000 watts, además de poseer un equipo electrógeno de emergencia. El sistema es giratorio y cada vuelta completa dura 27 segundos, lapso durante el cual se generan tres destellos con un alcance de 28 millas náuticas, es decir, 52 kilómetros. Situado a unos cinco kilómetros del centro del balneario, desde el faro Recalada, cuyo punto más alto se ubica a los 67 metros, se contempla Monte Hermoso, el balneario Sauce Grande y un bellísimo paisaje de lagunitas, campos y pequeños bosques. Un espectáculo reservado sólo a quienes se animan a subir por los 327 peldaños de su escalera de caracol; un desafío que vale la pena. Su estructura metálica se apoya sobre una base circular de 20 metros de diámetro, sostenida por nueve pilotes que llegan hasta poco más de nueve metros de profundidad. La historia de los faros en Argentina reconoce como un hito importante al año 1811, cuando el entonces presidente Julio Argentino Roca creó una comisión para estudiar la señalización de la extendida costa atlántica. Pero fue el 22 de noviembre de 1881 que se instaló una farola, con 12 millas de alcance, en la cima del accidente costero conocido como Monte Hermoso, una colina ubicada sobre un médano cercano a Punta Alta. Esa era la única señal para ingresar a cualquiera de los seis puertos de la ría de Bahía Blanca. Fue entonces cuando el ingeniero italiano Luis Luiggi, que dirigía las obras de Puerto Belgrano, proyectó un nuevo faro con recalada a la bahía, que situó en el accidente costero conocido como Punta Catanga, a 11 kilómetros de la desembocadura del río Sauce Grande. La construcción fue decidida por el Ministerio de Marina en 1904 y la dirección fue asumida por el mayor Adolfo Connor, que siguió el proyecto elaborado por el ingeniero italiano. La obra fue confiada a la Barbier, Benard & Turenne París Constructeurs, la misma empresa que levantó la parisina torre Eiffel. La torre del faro llegó a bordo del vapor "Ushuaia" desde Buenos Aires, vía París, desarmada en unos 100 cajones, y así arribó en lanchones dispuestos para ese fin a la costa de Punta Catanga. El armado le fue encomendado a Luis Ortelli, un mecánico de la Armada que se había capacitado en París. Los trabajos se iniciaron en abril de 1905 y finalizaron seis meses después. El faro quedó emplazado en tierras que pertenecían a la estancia El Recreo Viejo, luego fueron cedidas al gobierno nacional. La inauguración oficial del faro Recalada se realizó el 6 de enero de 1906 y desde ese día está a cargo de una dotación de la Armada Argentina. El imponente faro puede ser visitado por los turistas todos los días de 10 a 12 y de 16 a 20, con una tarifa para mayores de dos pesos y sin costo para menores. Durante la temporada baja está abierto los fines de semana, de 14 a 18. Con la visita al faro se realiza otra al Museo Naval, que posee información hidrográfica, historias de faros argentinos y cartas náuticas. Para más información contactarse con la Dirección de Turismo de Monte Hermoso, teléfono 02921-481-166.
| El faro tiene una escalera en caracol con 327 peldaños. | | Ampliar Foto | | |
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