¿Es inevitable que la soja desplace a la lechería? Mientras en San Francisco, industriales, productores y funcionarios nacionales y provinciales discutían una política común para el sector, el Inta Rafaela daba a conocer un informe sobre la competitividad del tambo en la Argentina.
La institución remarcó la necesidad de pensar a la lechería como una organización empresarial, obligada a elevar sus niveles de productividad y eficiencia para "seguir en carrera". El trabajo reconoce que la devaluación produjo un efecto de reacomodamiento abrupto en la rentabilidad de los negocios y posicionó a la agricultura "muy por encima del resto de las actividades, seguida del tambo y la ganadería".
La actualización inmediata de los precios entusiasmó a los productores para encarar agresivamente la actual campaña. "Los productores agrícolas mantenían el valor en dólares de sus productos, mientras la leche y la carne pasaban de 12 centavos de dólar a 6 ó 7 y de 60/70 centavos a 30, respectivamente", señala el estudio. Desde junio, la ganadería comenzó a acercarse a sus valores históricos mientras que la recuperación en la lechería es lenta y aún está lejos en términos constantes. Esto aceleró la venta de tambos.
Sin embargo, el Inta señala que a mediano plazo el tambo "tiene grandes posibilidades de retomar su rentabilidad y resultar competitivo a las demás actividades" en términos económicos. En parte llega a esta conclusión al estimar que será difícil que el precio en dólares de los granos se recupere, que en el caso de la carne será del 40% -llegando a su valor histórico-, mientras que para la leche se espera un porcentaje mucho mayor, dado que hoy tiene el precio comparativamente más deprimido.
La rentabilidad en el agro
El organismo además realizó una comparación entre la rentabilidad del tambo y la agricultura, para lo cual tomó como situación base un campo 100% alquilado(seis quintales por hectárea), y estimó tres niveles de eficiencia: bajo, medio y alto para el caso de la lechería y el rendimiento más frecuente de soja de primera (26qq), a un precio de 58,6 pesos el quintal.
El modelo de análisis arrojó que a mayores niveles de eficiencia en los tambos, los ingresos netos con los precios actuales son similares y hasta superiores a los conseguidos por la soja de primera.
Respecto a los sistemas lecheros de mediana eficiencia ("la mayoría", según el informe), "necesitarían 38 centavos por litro para competir con la soja si mantienen su estructura organizativa y productiva".
"Muchas de estas empresas, con un reajuste en la organización, sumada a una tendencia posible de suba de precios, también se encuentran en condiciones de competir con la actividad agrícola", indican los analistas del Inta.
Como conclusión, el trabajo resalta que la única variable de ajuste no sólo es el precio. "La combinación de los elementos que resulta de una mejor organización de la actividad, sumada a la expectativa de mejora de precios, parece asegurar la rentabilidad habitual de la actividad y posiciona a la lechería como un negocio interesante", enfatiza.