Vicente Petisce / La Capital
En jornada inusual, el Independencia le dio forma a la penúltima programación de la temporada 2002. En estos tiempos, todo parece estar supeditado a las exigencias de agentes exteriores y el escenario rosarino no escapa a la realidad. Por ello debe acatar las decisiones de los escenarios máximos, adecuando su cartelera de acuerdo a las "posibilidades" que les otorguen, tanto en Palermo o como ayer, San Isidro. ¿Por qué no se realizó la reunión el domingo? "Porque ese día en el césped se corre la Copa de Plata, y seguramente las tribunas estarán colmadas y habrá juego de verdad". ¡Cómo va ingresar el Premio Joaquín Lagos (disputado ayer) en el programa norteño -en simulcasting-, sin son ejemplares de 4 años y más perdedores! Es hora de que nuestro hipódromo vuelva a ocupar el lugar que se merece y que hace mucho tiempo ha perdido por distintas circunstancias. Con incrementar las recompensas de los cotejos locales no alcanza, hace falta un poco más de ingenio para que la grey burrera rosarina y la de las zonas de influencia confluyan nuevamente con sus ejemplares en la pista rosarina. En lo estrictamente deportivo, la reunión giró en torno al clásico Carlos Pellegrini y tuvo como condimento extra la resolución de la prueba que conformó el programa sanisidrense. En el largometraje, Danubio Start hizo gala de una poderosa atropellada que dio sus frutos a metros de la sentencia, arrebatándole el triunfo por 1/2 cabeza a Indio Bambou.
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