Siete personas fueron apresadas durante el día de ayer imputadas en distinto grado de la feroz golpiza y el intento de violación perpetrado contra una anciana en su casa de la ciudad de Arroyo Seco. Para los investigadores, sin embargo, uno solo de los detenidos habría sido el que entró a la vivienda, golpeó a la mujer, intentó abusar de ella y finalmente le robó un televisor que después vendió: es un chico de 16 años que desde 1998 fue imputado por una docena de robos. Catalina García de Fornaciari, de 75 años, fue hallada el mediodía del domingo en el patio de su casa de Sarmiento 338, en Arroyo Seco. La mujer estaba inconsciente, desnuda, con fuertes golpes en el cráneo y otras partes del cuerpo. Junto a ella estaba tirado su camisón y la ropa interior. Después, los exámenes forenses demostrarían, según dijeron las fuentes policiales, que también tenía lesiones en los pechos y los genitales, por lo que los investigadores abonaron la hipótesis de un ataque con motivaciones sexuales. Pero además, la casa estaba en un completo desorden y faltaba un televisor color de 14 pulgadas y algunos efectos personales de poco valor. Por ello, "la pesquisa se orientó a encontrar el aparato robado y así llegar a los autores" del vandálico hecho, sostuvieron los voceros. Los primeros datos recibidos por los investigadores hablaban de una familia, domiciliada en una villa miseria, que había adquirido la tarde del domingo un televisor similar al robado a Fornaciari. Entonces, con una orden de allanamiento expedida por la jueza de Instrucción Raquel Cosgaya, los agentes de la seccional 27ª llegaron a ese lugar y empezaron a desentrañar una cadena de encubrimiento que culminó poco después de las 17 de ayer cuando fue apresado el menor al que le imputan la autoría material del ataque. "Se allanaron dos viviendas ubicadas en la villa miseria de 1º de Mayo al 1200. Allí, en la casa de Juan Carlos G., de 42 años, fue secuestrado el televisor robado a la mujer. El hombre, que fue apresado, confió que el aparato se lo había vendido un amigo de su hijo Diego, de 18 años", relató una fuente de la investigación. Diego G. fue detenido poco después en una vivienda del barrio Versalles, donde se ocultaba de los pesquisas. "Se entregó sin resistirse y contó la historia del hecho, aunque se desvinculó de haber entrado a la casa de la mujer y de haberla atacado", sostuvo el vocero que habló con La Capital y que dijo desconfiar de la veracidad de la narración. En su relato, Diego G. manifestó a los policías que "poco antes de las 6 de la mañana del domingo salió de un boliche bailable junto a un amigo de 16 años y que al pasar por la casa de Fornaciari el pibe le dijo que allí vivía una mujer sola, que lo esperara porque iba a entrar para robarle algo". Pero el muchacho no contó que pasó dentro de la vivienda porque, sostiene, "lo vio escalar y saltar un tapial pero asegura que el no ingresó, sino que estuvo de campana en las inmediaciones". La cadena de detenciones no terminó con esos dos hombres. Diego dijo a los investigadores que su compañero de aventuras se había llevado el televisor y escondido en la casa de una familia conocida. En ese domicilio fue apresado Diego S., de 18 años y amigo de los anteriores, a quienes los pesquisas le imputan haber encubierto el episodio. También allí, y bajo la misma sospecha, fueron apresadas Nilda R., Ana O. y Mabel A. Con los aportes de esas seis personas, entonces los policías empezaron a cerrar el círculo. El menor estaba escondido en la casa de su abuela, ubicada en Gálvez y Gaboto, muy cerca de la ruta 21. "Cuando llegamos la mujer lo entregó sin resistencia y además nos dio pruebas que lo comprometen de manera muy seria: bijuterí que sería de la anciana golpeada, ropa y las zapatillas del chico con manchas de sangre", confió la fuente que recalcó que el menor tiene una docena de hechos delictivos sobre sus espaldas en los últimos cuatro años. "Espero que después de esto no salga más. No solo robó a una mujer indefensa sino que, estimulado seguramente por el efecto del alcohol y las drogas, intentó un abuso que la mujer pudo resistir a pesar de los fuertes golpes que recibió".
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