Economistas de diferentes ideas coincidieron en calificar al corralito como un "trauma doloroso" que profundizó la recesión y mostró la debilidad del sistema bancario.
Para el economista de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Claudio Lozano, "el corralito fue un mecanismo ideado por Cavallo para garantizar que la crisis del sistema financiero y de los grandes bancos terminara trasladada al conjunto de la sociedad y no afectara el patrimonio de los bancos", dijo.
En tanto, Manuel Solanet, ex funcionario de la fugaz gestión de Ricardo López Murphy al frente del Palacio de Hacienda y director de la consultora Infupa, vinculó al corralito con "una experiencia traumática y dolorosa que prácticamente redujo las funciones, el tamaño y la capacidad del sistema financiero e implicó una severa inequidad para los ahorristas".
Según Solanet, la situación creada por el corralito empeoró con la devaluación y el corralón (por el que se reprogramó la devolución de los depósitos pesificados), porque "no sólo hubo indisposición de ahorros por parte de la gente, sino además confiscación de una parte importante de su valor".
Para Lozano, "esto sucedió tanto por la destrucción fundamental de pequeños y medianos ahorristas, como por el traslado del costo al Estado por vía de mecanismos (bonos) que aumentaron la deuda pública para preservar el patrimonio de los bancos".
Por su parte, Aldo Abram, economista de la consultora Exante, afirmó que la apertura del corralito "no va a generar ningún alza del dólar" en la plaza local por entender que "la demanda de la divisa tiene ciertas restricciones".
"Las mayores dudas no están en el corralito, sino en todas estas declaraciones absurdas que se lanzan desde el gobierno para intimidar a la Corte Suprema para que no declare su fallo de inconstitucionalidad de la pesificación", dijo el economista.
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La Ciudad
