El presidente electo de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, calificó ayer como "una mentira" la rigidez cambiaria que rigió en su país y en la Argentina durante la década del 90. "El real nunca valió un dólar y el peso nunca valió un dólar", sentenció.
"De haber devaluado en forma conjunta, no se hubiese afectado a ninguna de las dos economías", agregó Lula.
De este modo, el futuro mandatario brasileño avanzó un paso más en su pronunciamiento en favor de una mayor coordinación de políticas monetarias, pero también políticas, sociales y culturales. "Argentina y Brasil son demasiado importantes para entender que la crisis del Mercosur no es sólo económica, sino política", sostuvo.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) deslizó estos conceptos en un breve discurso que brindó en el Congreso, ante la presencia de cerca de cincuenta diputados y senadores argentinos.
Primero fue recibido en el Salón Gris del Senado por el presidente provisional de ese cuerpo, Juan Carlos Maqueda, y por el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Oraldo Britos, quien reemplazó al presidente de ese órgano, Eduardo Camaño.
Posteriormente, Lula, Maqueda y Britos se trasladaron al Salón de Lectura, donde aguardaba una heterogénea representación legislativa. Allí se encontraban Elisa Carrió, Alicia Castro, Diana Conti, Alfredo Bravo, Mario Cafiero, Miguel Angel Pichetto y Eduardo Menem, entre otros.
Maqueda fue el encargado de darle la bienvenida al visitante, y se explayó en frases amistosas como que "las fronteras sólo existen en la imaginación de los hombres" y que el Mercosur "no es una opción, es un espacio natural, vital y estratégico".
Después elogió la persistencia de Lula, quien fue electo presidente tras tres intentos fallidos, con una frase de Bertold Brech: "Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay hombres que luchan un mes y son muy buenos. Pero hay hombres que luchan toda una vida y esos hombres son imprescindibles".
Un sueño por cumplir
A su turno, el ex dirigente sindical brasileño recordó que su primera visita tras ser electo fue a la Cámara de Diputados y Senadores de su país, gesto que rescató para insistir: "Alimento el sueño de que el Mercosur pueda tener su propio Parlamento elegido por el voto popular".
Prometió entonces "trabajar incansablemente para que el Mercosur no sea apenas un lugar de acuerdos comerciales, sino un proceso de integración política, económica, social y cultural, porque sólo así se transformará y podrá negociar con el Alca, la Unión Europea y otros países, principalmente asiáticos. Trabajaremos lo necesario para dejar de ser tratados como países del tercer mundo o emergentes".
Lula también le asignó un segmento de su intervención a la cuestión social al señalar que "hay hombres y mujeres que están pasando hambre, y que eso no tiene significado para muchos. La sensibilidad social debe reemplazar las frías estadísticas".
Al final de su intervención, muchos legisladores se acercaron para saludar en forma personal al líder brasileño, esfuerzo en el que se hizo notar especialmente el diputado de extracción sindical Saúl Ubaldini.