Una segunda marea negra amenaza la costa de Galicia

Una segunda mancha de petróleo de 200 metros cuadrados procedente del barco Prestige, hundido hace dos semanas, se hallaba ayer muy cerca de la costa de Galicia, amenazando empeorar aún más la contaminación de esta zona pesquera en el norte de España.
Restos de esa mancha de 9.000 toneladas de fuel-oil alcanzaron las costas de Muxía y de Cabo Turiñán, ya gravemente afectadas por la primera oleada de contaminación. En la zona en peligro, entre los cabos Turiñán y Finisterra, la marea negra era visible ayer desde la playa, pero el tiempo reinante, con lluvia y fuertes vientos, hacía imposible toda predicción sobre cuándo el petróleo flotante alcanzará la costa.
En varias localidades marítimas se ha prohibido la pesca, lo que constituye un duro golpe económico para la región.
Hasta ahora, barreras flotantes han impedido que el petróleo entre en las rías gallegas, pero se temía que la contaminación pudiese alcanzar la desembocadura del río Arousa, donde se encuentran los mayores bancos de mejillones de Europa. En tanto, miles de personas participaron ayer en manifestaciones en diversas ciudades españolas bajo el lema "Nunca máis" (Nunca más), exigiendo a las autoridades medidas de seguridad de prevención de catástrofes medioambientales como la del Prestige.
En Santiago de Compostela, capital de la región de Galicia, unas 100 mil personas, convocadas por la oposición socialista y los sindicatos, demandaron la renuncia de los ministros competentes y la declaración de la costa como zona de catástrofe.
Siete barcos especializados que tuvieron que esperar varios días debido al mal tiempo imperante, pudieron por fin entrar este fin de semana en acción. Según las autoridades, habían recogido ya en alta mar 5.500 toneladas de petróleo.

El operativo montado no logó detener el desastre.