| | Venezuela se prepara desde hoy para una nueva batalla política
| Néstor Rojas
Caracas. - Este año se retrasó el ambiente festivo de fin de año para los venezolanos, que tuvieron una sobrecarga política en los últimos 12 meses, que parece prolongarse en el tiempo. Si fueran tiempos normales, los venezolanos estarían ya planificando su cena navideña y la fiesta de fin de año, con abundantes platos típicos y ropa nueva. Pero esta vez, con la llegada de diciembre, sólo se preparan para una nueva batalla política entre una oposición cada vez más decidida y un gobierno más cerrado a un acuerdo para adelantar las elecciones. Para hoy está convocada una huelga general, la cuarta que enfrenta el presidente, Hugo Chávez, en un año, y los pronósticos son que durará más de un día. Chávez cumplirá en febrero cuatro años en el poder, pero los conflictos del país siguen avanzando hacia un desenlace incalculable, acaparando la atención y preocupación de todo el hemisferio. Algunos analistas recordaron que hace un año el gobierno firmó con reservas la Carta Democrática Interamericana porque quiso introducir el concepto de democracia participativa, pero ahora no acepta un referéndum que fue solicitado por más de dos millones de firmas. Los reclamos de la oposición por obtener "elecciones ya", han chocado contra un muro oficialista que habla de un lejano referéndum revocatorio para finales de 2003. Los caraqueños tuvieron que soportar 12 meses de conflictos y ahora, cuando llega el mes de las Navidades, las calles parecen alejadas del ambiente festivo. Los miles de vendedores que hormiguean en las deterioradas calles y bulevares hacen esfuerzos por llamar la atención de unos compradores que quisieran mejorar su capacidad adquisitiva. El debate político mantiene relegado al económico, por eso las cifras de desempleo, de caída del Producto Interno Bruto y de la inflación, apenas logran mantener espacios en las primeras páginas de los diarios. Afortunadamente para el gobierno, los precios del petróleo superaron los niveles del año pasado y su paquete de impuestos fue aprobado sin problemas en un Congreso dominado por el oficialismo. Los alrededores del Centro Simón Bolívar, una estructura legada de la dictadura del extinto general Marcos Pérez Jiménez, símbolo por años de la Caracas moderna, están invadidos por vendedores que tuvieron que agregar en sus provisiones máscaras antigás, debido a que están ubicados en una zona de constantes manifestaciones. Para la huelga, los convocantes pidieron a la población no movilizarse a sus trabajos para dar la sensación de vacío en las calles. Por su parte, el gobierno intentará contrarrestarla con la realización de un "gran mercado popular" en el centro de la ciudad. Según los dirigentes del sector privado, más de un millón de establecimientos no abrirá sus puertas y se espera que la paralización sea secundada por el 80 por ciento en los sectores productivos. (DPA)
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