Las experiencias expuestas en las jornadas realizadas en Chañar Ladeado permitieron conocer trabajos de calidad con resultados sorprendentes. Unquillo (Córdoba) eliminó el basural a cielo abierto; la ciudad bonaerense de General Cerri (cerca de Bahía Blanca) aplica tecnología para dar valor agregado a los residuos. En tanto, las localidades santafesinas de Chañar Ladeado, Villa Eloísa y Camilo Aldao, que tienen una base común de 15 mil habitantes, dedican un diez por ciento del presupuesto para estrategias ambientales y de producción que incluyen emprendimientos como tambos comunitarios, reciclaje de papel, elaboración de biogás y prevención del dengue. En las actividades participan jefes de hogar desocupados con alto grado de compromiso. En el caso de General Cerri, el basural está parquizado. Allí se ubican los galpones donde se aprovechan en forma integral los desechos. El proceso arranca con la separación diferenciada entre residuos orgánicos e inorgánicos. Los mecanismos de clasificación son originales, incluso separan las tapitas de envases por colores. La planta procesa miles de toneladas de envases plásticos que vende en Buenos Aires para ser reinsertados en el mercado, como uno de los tantos provechos que obtienen de la basura. Miles de estudiantes visitan el lugar, que cumple con normas estrictas de higiene.
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