Año CXXXVI
 Nº 49.680
Rosario,
lunes  02 de
diciembre de 2002
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Un centenar de instituciones fueron blanco de hurtos, roturas y destrozos
Capacitarán a porteros de escuelas para disminuir la ola de vandalismo
El Ministerio de Gobierno busca reforzar la prevención de ilícitos con la ayuda de la comunidad educativa

Lucas Ameriso / La Capital

El dato de por sí resulta preocupante. Entre diciembre del año pasado y noviembre de este año un centenar de escuelas públicas de la ciudad fueron víctimas del vandalismo y el hurto. No sólo los equipos de informática fueron el botín predilecto de los delincuentes, sino que los destrozos en comedores escolares y aulas revelan la profunda crisis social en la que se vive. Según estiman las autoridades del Ministerio de Educación, parte del patrimonio es a corto plazo irrecuperable. Mientras, la cartera provincial de Gobierno plantea capacitar a los porteros de las instituciones educativas en temas de seguridad e incluso analiza hasta instalar alarmas en los edificios.
El pico de hechos vandálicos se produjo entre diciembre de 2001 y marzo de este año. Unas 37 escuelas ubicadas en diversos sectores de la ciudad sufrieron el hurto de computadoras, equipos de música, televisores, videograbadoras y heladeras.
Pero en pleno ciclo lectivo, los ilícitos estuvieron a la orden del día. Y se registraron algunos casos paradigmáticos que reflejaron la problemática. En julio, la escuela Fray Luis Beltrán, ubicada en barrio 7 de Septiembre, fue visitada por delincuentes que sustrajeron dos radiograbadores y destrozaron armarios, material didáctico y libretas de calificaciones de los alumnos.
Un mes antes, la misma escuela había sufrido el robo de alimentos, utensillos de cocina y un juego completo de cuchillas. Otro caso típico fue el ocurrido en la Escuela Nº6.383 de barrio Belgrano. En un mes, se llevaron en dos episodios libros, computadoras, videograbadora, televisor, teléfonos y hasta la bandera de ceremonia.

Frenar el delito con prevención
Los hurtos desde marzo a la fecha rondan el centenar y se esparcieron por doquier, sin importar lugar, horario o día de la semana.
Desde marzo pasado, el delegado de la cartera política provincial, Guillermo Pidone, tomó el tema en sus manos y lo atacó en tres frentes distintos. "Hemos reforzado la seguridad a la entrada y salida de las escuelas, y en segundo término se está evaluando la posibilidad de mejorar los cerramientos, colocar rejas en algunos establecimiento y, si es necesario, ponerles una alarma", enumeró el funcionario.
Pero el tercer punto es el que más les importa concretar a los funcionarios del área: el Ministerio de Gobierno lanzará en estos días un proyecto de capacitación del personal de servicio para la prevención de ilícitos.
"La idea no es convertir al portero de una escuela en un vigilante, sino que se busca concientizarlos en la seguridad", reafirmó Pidone, para agregar: "Queremos desarrollar en el personal de servicio de las escuelas actitudes que tiendan a prevenir conflictos y alertar sobre situaciones de peligro".
En Gobierno creen que el incremento de ilícitos que atentan contra la escuela pública contiene una íntima relación con la fragmentación social que existe hoy en Rosario. "Hay en estos hechos resentimiento, bronca y conductas antisociales, que más allá de que terminen en un robo, antes que nada son señales evidentes de vandalismo", indicó el funcionario.
Por su parte, en la delegación local del Ministerio de Educación ya se preparan para conformar una comisión de apoyo docente que intentará acompañar a los maestros y directores frente al problema de la inseguridad.

Una veintena de hechos en 90 días
Según un registro oficial que maneja la cartera educativa, en los últimos 90 días se denunciaron 24 hechos de hurtos, destrozos y vandalismo en la ciudad, los que sumados al resto de los episodios totalizarían un centenar de robos en lo que va del 2002.
Para el delegado regional del Ministerio de Educación provincial, Rafael Benetti, "el porcentaje de instituciones que sufrieron robos es considerable pero no reviste gravedad extrema, teniendo en cuenta que en Rosario funcionan 400 escuelas".
Pero más allá de lo cuantitativo, el funcionario se mostró alarmado por la saña con la que fueron atacados los edificios. "Hemos notado destrozos y una cuota alarmante de agresividad, pareciera que lo público no es de nadie y se lo puede llevar cualquiera", reflexionó Benetti. En rigor, los últimos episodios policiales estuvieron signados por perjudicar a los que menos tienen. "Es increíble, pero en las escuelas más alejadas del centro cuando entraron rompieron material didáctico, vidrios, ensuciaron las paredes y se llevaron elementos imprescindibles del comedor", apuntó el delegado ministerial.
En muchos casos el patrimonio ultrajado no volverá a las aulas. Como es el caso de las computadoras, que "por el momento resulta imposible reponer, sí existe una respuesta inmediata si lo que falta es la cocina de un comedor", aseguró Benetti.



Una escuela de Fray Luis Beltrán fue atacada en julio. (Foto: Gustavo de los Ríos)
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