Lawrence Bartlett
Kuala Lumpur.- El ataque con misiles perpetrado el jueves contra un avión israelí en Kenia fracasó, pero es un ejemplo de la nueva gran amenaza del terrorismo mundial, señalaron analistas, instando a los gobiernos a tomar medidas urgentes para evitar un desastre. Los expertos señalaron que si el ataque con misiles de Kenia hubiese tenido éxito, el número de víctimas habría sido superior al del atentado de la isla de Bali (Indonesia) del mes pasado, que dejó más de 190 muertos. "La utilización de misiles tierra-aire es muy inquietante, porque si usted puede derribar un avión puede estar seguro de que matará a todos los que se encuentren a bordo", señaló Andrew Tan, analista de seguridad del Instituto de Defensa y Estudios Estratégicos de Singapur. En el chárter de la aerolínea israelí Arkia, atacado al despegar de Mombasa (Kenia) el jueves, había 261 pasajeros. El experto en terrorismo Rohan Gunaratna afirmó que si la red Al Qaeda es la principal sospechosa en los ataques de Kenia, a lo cual se agrega su presunta vinculación con el atentado de Bali, la probabilidad de que haya más atentados es muy elevada. "La aviación civil en esta región del mundo debe tener mucho cuidado, porque se trata de una cuestión de tiempo hasta que traigan misiles a esta zona", declaró. "Los gobiernos deben comenzar a desarrollar medidas de protección y defensa de la aviación civil. No deben esperar a que un aparato sea alcanzado", sostuvo. Gunaratna, autor del libro "Dentro de Al Qaeda", que vive en Singapur, indicó que dichas medidas podrían incluir la ampliación de los perímetros de seguridad, ya que los aviones son más vulnerables durante el despegue y el aterrizaje, así como tecnologías de señuelos, empleadas por aviones militares. "Los aviones pueden lanzar llamas para que el misil siga a la llama en lugar de al aparato, pero los misiles actuales son muy sofisticados", afirmó Kieran Daly, editor de Air Transport Intelligence, refiriéndose a estas tecnologías de señuelos o de atracción con pistas o signos falsos. Fuentes de inteligencia sostienen que fue precisamente un sistema de defensa antimisiles instalado en el 757 de la aerolínea israelí y no un milagro lo que salvó de la catástrofe a los 261 pasajeros que iban en él. Los misiles tierra-aire fueron producidos en masa durante años y es fácil obtenerlos en Afganistán, los países de la ex Unión Soviética y Líbano. Las fuerzas estadounidenses en Afganistán anunciaron que este año decomisaron casi 6.000 misiles en ese país. (AFP)
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