Año CXXXVI
 Nº 49.675
Rosario,
miércoles  27 de
noviembre de 2002
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Resurge la izquierda en América latina pero el mercado guía su futuro
Ecuador, Brasil y Venezuela son claros ejemplos del desencanto regional con el neoliberalismo

Quito. - Pese a que varios líderes de izquierda están llegando al poder en América latina debido al desencanto con el neoliberalismo, la región no parece encaminarse a adoptar políticas que disgusten al mercado ante su sed de capitales para financiar la gran deuda social.
El más reciente fue el coronel retirado y ex líder golpista Lucio Gutiérrez, quien ganó al presidencia de Ecuador el domingo apoyado por indígenas y grupos de izquierda. Y aunque prometió que no hará ajustes duros, aseguró que tampoco cambiará el modelo económico preferido por los organismos internacionales.
La nómina de representantes del buscado cambio la integran además el presidente electo de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y el el mandatario de Venezuela, el teniente coronel retirado y populista Hugo Chávez, quien dice conducir una "revolución" pacífica en favor de los pobres. "Hay una decepción por el modelo económico neoliberal y ahora ellos buscan un espacio que les permita desarrollarse", consideró el analista Francisco Miro Queza Rada, catedrático de la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de San Marcos, de Lima, una de las más antiguas de la región.
Gutiérrez, quien lideró en el 2000 una revuelta popular que derrocó al entonces presidente ecuatoriano Jamil Mahuad, es el segundo ex líder golpista que llega al poder de una nación de América latina a través de las urnas. Anteriormente lo hizo Chávez, quien intentó un golpe de Estado en Venezuela en 1992 y llegó al poder con una aplastante victoria electoral siete años después.
Estos líderes llegan al poder en momentos en que América latina, tras una década de democracia y profundas reformas de mercado, no ha podido reducir su brecha que separa a pobres y ricos entre sus 500 millones de habitantes. El reciente derrumbe financiero de Argentina -la economía modelo para Wall Street durante la década de 1990- ha dado mala fama en la región a los programas liberales, caracterizada por una ola de privatizaciones y apertura comercial. En la región, sólo México y Chile pueden mostrar ciertos éxitos de esas políticas en sus economías, dijeron analistas.

FMI, ¿un mal necesario?
Latinoamérica, sin embargo, no podrá prescindir de pactos con organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), muy criticados por grupos de izquierda que lo acusan de ser el responsable de la pobreza por sus duras recetas de ajuste.
Gutiérrez, quien usó un uniforme verde olivo que cautivó a los electores ecuatorianos, prometió ya que respetará los acuerdos con el FMI y apuntalará la dolarización, el sistema monetario vigente en este país desde el 2000. En Brasil, Lula bajó el tono de su tradicional retórica socialista durante su campaña electoral y acordó, si ganaba, cumplir con las condiciones del FMI para un paquete de ayuda por 30.000 millones de dólares suscrito con el gobierno saliente. Por su lado, el presidente venezolano Chávez, un declarado amigo del mandatario comunista cubano Fidel Castro, tiene poco espacio de maniobra, porque enfrenta un dura oposición que pide su renuncia en medio de crecientes problemas económicos.
Larry Birns, director de la organización privada Consejo para Asuntos Hemisféricos, con sede en Washington, afirmó que la región no puede tomar algún camino que implique "una radicalización" de sus instituciones políticas y sociales. "América latina necesita de muchas inversiones extranjeras como para participar en experimentos peligrosos", afirmó. Las inversiones son vitales para reactivar las economías y financiar programas sociales de la región, donde el 44% de sus habitantes vive en la pobreza, según cifras recientes de las Naciones Unidas.
En medio de este panorama, los organismos financieros internacionales no podrían ignorar a Latinoamérica, o la dejarían a merced de levantamientos populares que desestabilizarían la región. "Los organismos financieros no tienen otra alternativa que negociar con ellos, no van a permitir que fracasen las políticas de los países de la región a estas alturas del partido", agregó Miro Quezada Rada.
Sin embargo la irrupción de políticos de izquierda no sólo refleja la decepción por los ajustes fuertes para sanear las economías, sino también el desencanto de los electores con los políticos tradicionales y la corrupción, otro mal regional que ha crecido en medio de las reformas de libre mercado, según analistas. "Latinoamérica estuvo gobernado por un grupo de políticos que no entendieron el verdadero concepto de la democracia, ellos creyeron que la democracia era para enriquecerse personalmente", destacó el presidente electo Gutiérrez. (Reuters)



Gutiérrez ganó apoyado por los indígenas y la izquierda.
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