El ministro de Economía, Roberto Lavagna, reclamó ayer al Grupo de los Siete (G7) países más desarrollados del mundo una decisión política para impulsar el acuerdo entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y aseguró que las conversaciones técnicas con el organismo terminaron.
En la segunda jornada de su gira europea, y luego de entrevistarse con representantes de empresas francesas con intereses en la Argentina, Lavagna señaló en París que los países del G7 (principales accionistas del Fondo Monetario), deben tomar "una decisión política" para permitir un acuerdo entre el organismo multilateral y el gobierno de Duhalde y defina si aceptará refinanciar la deuda argentina con el organismo.
A criterio del número uno de Economía, esta es una decisión que no puede quedar en manos de funcionarios técnicos sino que debe pasar por el ala política, es decir por los países que conforman el FMI.
"El objetivo de la visita a París era aclarar nuestra posición en las negociaciones con el FMI", explicó a la prensa el ministro, al culminar una estadía de dos días en Francia, y antes de embarcarse rumbo a Alemania, como parte de una gira que incluirá además escalas en Italia y España.
El titular del Palacio de Hacienda consideró que "las tareas puramente técnicas en las negociaciones con el Fondo acabaron, ahora, empieza un período en el cual habrá que tomar decisiones políticas".
Esas decisiones "no le corresponden a los funcionarios del FMI, sino a los países accionistas del Fondo, en particular los países del G7", agregó Lavagna.
"Tengo la impresión de que el mensaje pasó", aseguró el ministro, en alusión a su entrevista del lunes con su par francés, Francis Mer, y destacó que Francia es uno de los países del G7 que "actuó de la forma más positiva en el FMI hasta ahora".
Tanto Francia -que tomará la presidencia del G7 en 2003- como Estados Unidos son considerados los más flexibles a apoyar un acuerdo entre Argentina y el Fondo.
"Es importante que el FMI no se sienta presionado por los países, pero al mismo tiempo los países deben actuar en forma conjunta. La responsabilidad recae sobre los países que son accionistas del Fondo, y particularmente los del G7", dijo el ministro argentino, para quien es vital que haya consenso, pese a las diferencias de opiniones entre los miembros del organismo.
Qué pide la Argentina
Las dilatadas e intrincadas negociaciones que mantiene la Argentina con el organismo multilateral no tienen como fin el desembolso de fondos frescos. El titular del Palacio de Hacienda recordó que el país sólo quiere la postergación de las obligaciones de pago hasta fines de 2003, que suman alrededor de 14.000 millones de dólares.
Pese a esto, el organismo endureció su posición, especialmente la línea que comanda la subdirectora, Anne Krueger, quien se resiste a sellar cualquier acuerdo hasta asegurarse el destino de los fondos.
Esta posición está sustentada por el propio titular del organismo, el alemán Horst Köhler.
Por otra parte, el FMI dijo que un acuerdo no es posible mientras el país no logre consenso político y aplique medidas económicas, entre las que se encuentran el ajuste tarifario, el freno a los amparos y que los legisladores no modifiquen la ley de quiebras.
El FMI reclama que las tarifas de servicios públicos sean elevadas en un 30 por ciento, dado que la mayoría de las firmas del sector son filiales de grupos extranjeros.
Sin embargo, el ministro Lavagna ratificó en Francia que el ajuste tarifario promediará el 9 por ciento para el gas y la electricidad.
Negocios y tarifas
En esa línea, Lavagna desayunó ayer con directivos del banco BNP-Paribas, de la compañía eléctrica estatal EDF, del grupo Suez (agua), las automotrices Renault y Peugeot, y la constructora Bouygues.
También se entrevistó con Francois David, presidente de la Compañía Francesa de Seguros para el Comercio Exterior (Coface).
Al respecto, el ministro de Economía aseguró que las compañías francesas de servicios públicos implantadas en el país se mostraron "muy razonables" en las reuniones, tras el anuncio de un eventual incremento de las tarifas inferior a lo que deseaban efectuado el viernes pasado en Buenos Aires.
Lavagna reconoció que lo principal para las compañías de servicios públicos era que "se iniciara el ajuste de las tarifas; a partir del momento en que empezamos (con el proceso), están satisfechas", aseguró.
Las empresas "saben que el mercado tiene sus límites", explicó el ministro y consideró que "el mejor ejemplo lo dieron las compañías de telefonía que perdieron un millón de clientes durante la crisis".
Lavagna partió el domingo pasado hacia Europa con la estrategia de conseguir el respaldo de los principales socios europeos del FMI a un acuerdo con la Argentina, y con la intención adicional de iniciar contactos con los acreedores privados argentinos y con las empresas de la Unión Europea con intereses en el país, en particular las de los servicios privatizados. El ministro encarará hoy la escala más complicada de su viaje, ya que el gobierno alemán es uno de los que más reparos ha puesto a un eventual acuerdo entre la Argentina y el Fondo Monetario.