Santa Fe. - El juez de instrucción Julio César Costa resolvió procesar a cuatro sacerdotes del entorno del ex arzobispo Edgardo Storni en la causa en la que se investiga si el padre José Guntern fue presionado para rectificar sus dichos sobre la conducta sexual del ex prelado. Hugo Capello y Marcelo Mateo quedaron procesados por coacción, mientras que Mario Grassi y Edgardo Stoffel como partícipes principales. En tanto, dictó la falta de mérito para todos en cuanto al delito de privación ilegítima de la libertad.
Costa procesó además al escribano Ricardo Chaminaud por el delito de falsedad ideológica. El notario había certificado el documento con la retractación de Guntern. Por su parte, para el actual canciller del Arzobispado, Carlos Scatizza, se dictó la falta de mérito.
Esta resolución judicial, de la que no se conocieron sus fundamentos en forma oficial, configura un hecho inédito en la trayectoria institucional de la Iglesia Católica de Santa Fe. Los sacerdotes implicados participaron en la recordada reunión de la noche del pasado jueves 22 de agosto en el Arzobispado, tras la cual el cura Guntern, de 82 años, denunció haber sido coaccionado para retractarse de declaraciones a la prensa sobre "un desliz" que había tenido Storni con un seminarista en 1992.
Según trascendió, si bien Costa dictó la falta de mérito a favor de todos los imputados por el delito de privación ilegítima de la libertad, habría llegado a la conclusión de que el operativo que concluyó con la retractación de Guntern habría estado impregnado de situaciones violentas -al menos verbales- que pueden haber modificado su decisión.
Tampoco se descarta que la certificación de la retractación esté viciada de nulidad, si se tiene en cuenta que en las declaraciones al juez, Guntern habría dicho que no recordaba lo firmado y que se encontraba "confundido".
Apelación
El abogado defensor del sacerdote Mateo, Eduardo Jauchen, anticipó ayer a La Capital que apelará la decisión de Costa, para lo cual dispone de un plazo de cinco días. El letrado indicó que sólo leería la resolución judicial "por curiosidad, porque conociendo el expediente es suficiente para considerarla inaceptable".
Jauchen ya se había expresado con dureza contra el magistrado luego de los últimos careos en los que participó Mateo, a los que calificó de "ridículos". Asimismo había sostenido que lo sucedido en el Arzobispado era "un invento". Para el letrado, en la denuncia de Guntern no hay nada que pueda ser entendido como delito.
Lo cierto es que el procesamiento de los cuatro sacerdotes implica un nuevo giro en el caso Storni, cuya arista judicial se estaba empantanando entre careos postergados y sucesivas recusaciones. Sin embargo, muchos se preguntan en Santa Fe cuál será la suerte del ex arzobispo, de quien ni siquiera se ha informado oficialmente sobre su paradero. Incluso no faltan quienes reclaman por lo bajo que, al menos, sea citado a declarar por alguna de las causas que giran en torno a su figura.