Un muchacho de 22 años fue asesinado de un brutal golpe en la cabeza después de protagonizar una pelea callejera cerca de su casa, en una zona muy humilde de barrio Ludueña. La historia que reconstruyó la policía involucra a muchachos conocidos, de mucho beber, que habían irritado a los vecinos con sus acaloradas diversiones y que se exhibían dispuestos a pelearse entre ellos durante toda una noche de sábado. La policía tomó ayer declaración a algunos de los protagonistas de la violenta velada. Al caer la tarde cayó detenido un joven de 24 años, que quedó imputado como autor material del homicidio.
A Sebastián Verón, de 22 años, lo llamaban Oreja. Se había juntado a tomar alcohol con sus amigos cerca de Casilda y Larrea, en barrio Ludueña, a menos de 500 metros de su casa. La policía averiguó que los vecinos habían visto a integrantes de dos grupos beber vino y pelearse, arrojar piedras y molestar a los habitantes de las casas de la cuadra. Cada bando tenía cuchillos y palos. Y sobre la medianoche brotó una pelea generalizada y violenta.
Por demolición
Los jóvenes sacaron armas, se hirieron y se golpearon con crudeza. Al promediar el encontronazo el Oreja Verón cayó al suelo y su derrumbe les cambió la noche a todos. Tenía la cara y la cabeza tajeadas. Pero no fueron esos cortes los que le provocaron la muerte, sino un fortísimo golpe, brutal, que literalmente le destrozó el cráneo. Verón murió en el Hospital de Emergencias al poco tiempo de haber llegado. Fuentes de Jefatura plantearon que el Oreja tenía varios delitos en su prontuario y que lo buscaban actualmente por cuatro robos.
Un vecino de la zona trasladó al muchacho al hospital mientras se dispersaban los otros heridos por la pelea. Ayer la policía tomó declaración por la mañana a algunos conocidos de Verón para ubicar al hombre que le ocasionó la muerte. Finalmente eso ocurrió a las 18, cuando apresaron a Pablo Molina, un joven de 24 años que quedó acusado del crimen.
"Son peleas de borrachera, que parecen ocurrir sin tener motivo y que suelen terminar con un muerto. Pasa todos los fines de semana en Rosario. Esta vez fue acá", sintetizó un jefe policial del barrio.