Muy poco une a Carrió con los socialistas

Como toda criatura en crecimiento, la coalición entre el ARI de Elisa Carrió y el Partido Socialista (PS) sufrió en sus primeros años varias crisis y la última fue la más difícil pero, aunque parece que la fiebre bajó, lo cierto es que la enfermedad no está curada.
La disputa que tuvo a este espacio al borde de la ruptura fue la despenalización del aborto, una reivindicación histórica para el socialismo, pero que sirvió como excusa para recomponer los tantos dentro de esa alianza.
Pasados los días en que los dos partidos mantuvieron a través de los medios una violenta guerra verbal, cuando los ánimos de ambas partes se calmaron, hubo posibilidad de curar heridas. Pero este acercamiento no resolvió las diferencias de fondo. Sólo decidieron seguir juntos porque el sector representa al único espacio de centro izquierda en el actual panorama electoral y no se puede dar el lujo de quebrarlo.
Sin embargo, aunque algunos de sus dirigentes aspiran a profundizar su entendimiento y transformarse en una coalición que supere lo electoral, nadie hace apuestas sobre el futuro del sector pasados los comicios generales.
La realidad indica que son el agua y el aceite, y que entre el ARI y el Partido Socialista no sólo hay diferencias de fondo, sino también estilos de conducción. Mientras los socialistas tienen detrás más de un siglo de debatir hasta el más mínimo detalle cualquier política que impulsen, el joven partido del ARI se mueve exclusivamente alrededor de Carrió.