Año CXXXVI
 Nº 49.673
Rosario,
lunes  25 de
noviembre de 2002
Min 21º
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cartas
Un timonel en la tormenta

Séneca expresaba que: "Se reconoce a un timonel en la tormenta" y al político "cuando la ignominia lo pone a prueba". En el mundo en que vivimos hay un proceso inescrutable que lleva en forma fáctica a la destrucción y a la indignación social, entregando un certificado de defunción a la política, cuando se depende del capital financiero como del oxígeno. Hemos aprendido a conocer la barbarie cuando hablamos de globalización. Por eso no es desatinado mencionarla. Es nada más que un nuevo orden, luego del fracaso del capitalismo y del comunismo. Es el sistema de aumento paulatino de la productividad auspiciado por EEUU, para vender al resto del mundo lo que le interesa venderle, al mayor precio, y comprarle lo que necesita al menor precio. Así se estructura la revolución tecnológica, donde el ser humano no interesa y no es tenido en cuenta y sólo apetece incrementar la mayor cantidad de mercados nuevos, sin resolver el problema de la pobreza, la miseria, la desocupación y el hambre. Recuerdo en la mitología a Sísifo, cuando fue condenado a perpetuidad a hacer rodar una gran roca hasta la cima de una montaña, operación que repetía sin cesar, pues en el momento de llegar a la cima le faltaban las fuerzas y la piedra caía de nuevo. Por eso en el mundo 150 niños mueren exhaustos cada cuatro días por el terror de comer basura y 1.300 millones de personas viven con menos de un dólar diario (antes de la devaluación). Como Sísifo, Argentina hoy debe competir con un africano o un tailandés, debido al bajo nivel social. La roca sigue cayendo y siempre debemos empezar, soportando todo tipo de vejaciones. Estamos casi a la par por la voluptuosidad fiscal, disminución de jubilaciones, rebaja de un 40% en el poder adquisitivo de los sueldos, sin comedores infantiles, prestaciones deprimentes de salud, educación enfermiza y jóvenes que buscan trabajo en largas colas, sin respuestas ni esperanzas. Es de esperar que en 2003, cuando se organice la cumbre de los pueblos, surja una globalización más humanizada que alimente aspiraciones progresistas. Es nuestro anhelo y del mundo.
Manuel Wischeñevsky


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