Andy Goldberg
Los Angeles.- "Forward command post" -puesto avanzado de combate- es una casa de muñecas con las ventanas rotas, agujeros de balas en las paredes y la bandera estadounidense ondeando orgullosa en el jardín. No hay ninguna Barbie en la galería. Quizá, fue espantada por los temibles soldados que ocuparon el lugar, que se completa con un lanzador de misiles en miniatura. Expertos de la industria dicen que este tipo de juguetes con temática bélica hará furor esta Navidad que se aproxima. Este año, parece, los días de recogimiento y paz sucumbirán a la fiebre guerrera suscitada por el posible ataque a Irak. Promocionado como "una zona de guerra completamente equipada", "Forward command post" se vende por 45 dólares en las jugueterías de EEUU y vía Internet.
Durante una visita a un centro de la cadena Toys R'Us, en el centro de California, una pregunta de un periodista desató un acalorado debate sobre la conveniencia de insertar a los niños en un entorno tan gráficamente violento. "Le digo, es de mal gusto. No importa cuál sea la situación del mundo, no deberíamos glorificar la guerra", sostiene Eileen Hornet, de 34 años, madre de dos niños menores de diez años. Pero rápidamente es acusada de hipócrita. "Así es el mundo, cariño, y es mejor que te acostumbres", dice Barbara Gonzalez. "Este país está lleno de armas. Los niños siempre disfrutaron jugando a los soldados y nuestro ejército está luchando en el extranjero todos los días. ¿Qué hay de malo en eso?".
El comentario más mordaz, sin embargo, llega del ciberespacio, donde un internauta en Amazon.com señala lo siguiente acerca de la casa de muñecas regada de balas. "Esta versión bombardeada de la casa de Barbie seguramente apunta a despertar pasiones sangrientas incluso en el más pasivo de los preescolares". "Lamentablemente, el juego no viene con niños carbonizados o mutilados", añade con ironía.
Los fabricantes de juguetes consideran que los juegos de temática bélica serán los que mejor se vendan esta temporada. Será uno de los pocos sectores en los que se pueda vender mercadería no relacionada con computadoras. Entre los otros juegos que buscan seducir a los pequeños están "Clay Ramsey, U.S. Counter-Terrorism Advisor" (Clay Ramsey, asesor estadounidense antiterrorismo), "American freedom fighters live from Afghanistan" (Luchadores americanos por la paz en vivo desde Afganistán) y la clásica cabeza de Osama Bin Laden, que ofrece Protect and Serve Toys "para que puedan representar lo que se haría una vez que lo detengan".
La fiebre bélica incluso alcanzó a la honorable casa Fisher-Price, que fiel a su tradición educativa presenta su "Rescue heroes command center" (centro de rescate de héroes) sin armas. El juguete de 32 dólares, destinado a niños a partir de los tres años, incluye vehículos, sirenas y pistas de helicópteros para permitir a los pequeños "desarrollar sus planes de rescate".
El debate sobre esta nueva tendencia ya comenzó en la prensa estadounidense. En un artículo publicado recientemente en el San Francisco Chronicle, Matt Golding, director de marketing de Bandai America, señalaba: "No creo que haya ninguna diferencia a cuando yo jugaba de niño con mi GI Joe. Los niños son inteligentes y se dan cuenta que vivimos una época en que hay buenos y malos. Los juguetes son una buena forma de que aprendan eso de manera segura". "Es espantoso", replicó Stephen Cole, profesor de historia americana en la universidad de San Francisco. "¿Cómo se sentirían los estadounidenses si un niño afgano o yemení tuviera un juguete con las Torres Gemelas derrumbándose?" (DPA)
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