Clubes que financian exportaciones, cooperativas que le mojan la oreja a las grandes compañías de servicio, trabajadores que recuperan empresas quebradas. El colapso del modelo de los 90 abrió el juego para que actores sociales y económicas que permanecían a la defensiva se propongan participar del nuevo nivel de protagonismo en la economía posconvertibilidad.
Con la necesidad como principal aliado, cooperativas, mutuales, emprendedores y organismos públicos empiezan a transitar el camino de la integración para convertir en un sistema y un programa de acción, experiencias que actualmente se presentan bastante atomizadas. Y el anclaje es el desarrollo de la economía regional.
La premisa es clara: atar las puntas de un universo económico en el que existen empresas o emprendedores que necesitan créditos y mutuales que necesitan proyectos para volcar sus recursos, gente que necesita bienes y servicios y cooperativas que pueden prestarlo. Y en el medio, generar relaciones y negocios que puedan crear y potenciar un mercado regional. Las posibilidades son amplísimas pero el camino es más que largo. El primer paso se dio con el lanzamiento del "Programa para la consolidación y el desarrollo del sector de la economía social y solidaria en la región".
Un seminario organizado por la Agencia de Desarrollo Región Rosario (Aderr) en la sede de gobierno de la UNR fue el puntapié inicial de este programa que tiene objetivos de largo plazo y operará en forma institucionalizada, es decir con comisiones de trabajo que funcionarán de forma permanente. En la primera etapa, participaron las entidades que agrupan a las cooperativas de servicios públicos, las mutuales, bancos cooperativos y organizaciones como la Federación Agraria Argentina. La apuesta de los organizadores es sumar además a las grandes empresas del complejo cooperativo agropecuario.
El mundo de la llamada economía social incluye actores de los más variados, desde empresas "recuperadas" por sus trabajadores hasta firmas que mueven millones como las cooperativas de servicios públicos o las mutuales. Algunos nacieron con la crisis de principios de año y otros tienen toda una historia detrás. En todo caso, todos ven ahora una "oportunidad histórica" para convertirse en un sector de peso.
Servicios públicos
Caso por caso. Felipe Boccoli, secretario de la Federación de Cooperativas Telefónicas (Fecotel) y vicepresidente de Tecoop, enfatizó con cierto aire de revancha las perspectivas de crecimiento del sector en el mercado de telecomunicaciones. "Las grandes empresas como Telefónica y Telecom se están yendo, hablan de la crisis de las telecomunicaciones y en realidad es la crisis de ellos por que el movimiento cooperativo telefónico está muy bien y piensa ganar mercado reconstruyendo el mercado con empresas nacionales", desafió el directivo.
Algo exagera. Por ahora ocupan el 5% del mercado pero cuenta como activo dos elementos interesantes. La federación reúne a 250 cooperativas telefónicas distribuidas en 17 provincias, que brindan telefonía básica y servicio de internet, y en algunos casos de TV por cable, aunque hay una disputa legal en el medio. Además, Boccoli señaló como una ventaja el hecho "de que no nos endeudamos en dólares en el exterior".
En el año 98, las cooperativas nucleadas en Fecotel crearon Tecoop, una operadora de telefonía pública, que está próxima a desembarcar en Rosario. El viernes pasado firmaron un acuerdo con las mutuales del sur de la provincia para incentivar la instalación de locutorios de la marca en esas entidades. También apuntan a trabajar con vecinales, organizaciones sociales y "pequeños empresarios". Los convenios son a través de licencias, como los tradicionales, pero con otro marketing. "La idea es instalar una telefonía pública con sentido social, hoy en muchos barrios de Rosario no se presta este servicio, queremos vincularnos con las parroquias, las vecinales, los pequeños empresarios y las mutuales que todos sepan que cada monedita que el vecino pone queda en el país", señaló.
Boccoli es vicepresidente de Tecoop, que cuenta ya con mil líneas instaladas en 200 locutorios en distintas provincias. Es un convencido de que "hay un potencial enorme para crecer porque somos los únicos que prestamos servicios universales aún en las poblaciones con baja densidad de habitantes o donde los otros no llegan por cuestiones de rentabilidad".
Más cauto se mostró Elso Primucci, presidente de la Federación Santafesina de Cooperativas de Energía Eléctrica, Obras y Servicios Públicos de Santa Fe (Fecoes). La entidad agrupa a 35 cooperativas de servicio (no sólo electricidad) y maneja el 8% de la venta de energía en la provincia, atendiendo al 14% de los usuarios. "Nuestra situación es distinta a la de las cooperativas telefónicas porque acá hay una fuerte presencia de la Empresa Provincial de la Energía", señaló el directivo, quien recordó que en su momento ellos ofertaron para gerenciar la EPE cuando se intentó privatizarla.
Primucci explicó que desde hace un año, diez cooperativas y la propia federación están desarrollando un proyecto de integración y gestión conjunta, previa certificación de calidad a nivel internacional. No se trata de una fusión sino de "integrarse para ser más eficientes en la gestión de cobranza, la compra de insumos y homogeneizar la calidad del servicio".
En el encuentro organizado por Aderr se presentaron otras experiencias. Tal el caso de la cooperativa agrícola de Coronda, que está embarcada en un proyecto para desarrollar un área frutihortícola de 3 mil hectáreas en las provincias del Litoral, certificar calidad y construir una planta de empaque ajustada a las normas del mercado estadounidense. Otro caso novedoso fue el de Quality, una "cooperativa de gestión" que reúne a empresarios en rondas de negocios, programas de internacionalización y alianzas estratégicas, entre otras.
Sistema financiero
Por el lado de las mutuales, la euforia los gana tanto o más que las cooperativas telefónica. Víctor Rosetti, titular de la Federación Argentina de Entidades Mutualistas, asegura que serán protagonistas del nuevo sistema financiero. Y destacó que la mayoría de esas entidades están operando con "normalidad", es decir sin la reprogramación de depósitos "gracias a la recepción de nuevos fondos por parte de los ahorristas".
Hasta diciembre del año pasado, todas las mutuales del país movían unos 1.100 millones de pesos/dólares. A través del senador Eduardo Moro presentaron un proyecto en el Congreso para unificar esos recursos en una cuenta común en el Banco Nación, destinada a financiar proyectos productivos a través de las mutuales en cada región. "Cada entidad tiene una capacidad limitada de prestar pero si el sistema se unifica, esos fondos se potencian y además el Nación actúa como prestamista de última instancia, señaló Rosetti.
El directivo señaló que hoy las mutuales se ven obligadas volcar su liquidez en opciones de negocios. Y apuntan a financiar emprendimientos regionales.
Recientemente discutieron con el Banco de Inversión y Comercio Exterior (Bice) la conformación de un fideicomiso para financiar exportaciones. "Le planteamos que las mutuales queremos un traje a medida, un instrumento muy preciso y en base a un censo previo de emprendimientos calificables, no queremos terminar financiando a grandes empresas o a otras regiones", dijo.
En el interior de la provincia existen ya experiencias como las mutuales de los clubes de fútbol Hughes, Ben Hur y San Jorge (ver aparte), que están financiando emprendimientos productivos regionales con destino a exportación.
Las cooperativas
También las cooperativas podrían ingresar al mercado de crédito si prosperan las negociaciones con el Instituto Nacional de Economía Social (Inaes) para recrear las viejas cajas de crédito a través de "cajas populares".
Primucci, de Fescoe, señaló que hoy estas organizaciones pueden prestar a sus asociados con capital propios pero no pueden actuar como tomadoras de fondos de terceros y prestamistas. Explicó que se está trabajando en el nuevo régimen "con mucho énfasis en el control y el poder de policía ya que hay que ser muy cuidadoso cuando se maneja algo tan tentador como el dinero y si se recrean las cajas de crédito y fracasan, el golpe será muy duro para el sector".
La advertencia remite a un punto importante. Las cooperativas y mutuales no son fuerzas nacidas de esta crisis. Existen en Argentina desde fines de siglo pasado y han tenido épocas de expansión y de crisis. En décadas como en los 80 competían de igual a igual con el sistema financiero. Y no todas dejaron buen recuerdo.
"Así como las mayoría de las cooperativas son referencia de confiabilidad también hubo muchos oportunistas, pero las malas gestiones no deben invalidar el sistema, que debe ser reforzado con controles serios y con participación activa de los socios".
Si el movimiento mutual y cooperativo piensa en recrear instituciones del pasado pero pasando en limpio sus experiencias, también reclaman "seguridad jurídica" de parte del Estado. Es que "en los 90 el sector fue perseguido con regulaciones del Banco Central y todo tipo de zancadillas", señaló Rosetti, de la federación de mutuales.
Por eso, la federación de mutuales propuso crear un subprograma de acción política dentro del programa fogoneado por la Aderr, que promueva estabilidad fiscal e institucional del sector. "Queremos saber qué rol nos asignan las autoridades y si están dispuestos a respetarnos para no volver a ser perseguidos una vez que la economía se normalice", dijo.