El seleccionado conducido por O'Sullivan, más allá de un campo de juego casi intransitable, supo trabajar mejor las formaciones móviles, sobre todo el maul ofensivo. A partir de ellos, los forwards irlandeses escondieron muy bien la pelota y ganaron muchos metros aunque no pudieron complicar a la última línea argentina que se plantó más firme cuando Irlanda se aproximó al ingoal.
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