Praga. - Los líderes de la Otán abrieron ayer sus puertas a siete países ex comunistas del este de Europa, expandiendo el pacto de defensa de la Guerra Fría hacia los otrora aliados de la ex Unión Soviética. Asimismo, prometieron emprender "una acción efectiva" para ayudar a las Naciones Unidas a desarmar a Irak y aprobaron una nueva fuerza de ataque rápido para una guerra a larga distancia y de gran intensidad, con el fin de adaptar la nueva alianza a lo que consideran que son las amenazas de seguridad del siglo XXI: el terrorismo.
Los jefes de Estado y de gobierno de los 19 países que actualmente integran la organización coincidieron en afirmar que con esta ampliación se fortalece la seguridad y la estabilidad en Europa. Esta es la segunda ampliación de la Otán desde el fin de la Guerra Fría. La Alianza estará integrada por 26 países y el ingreso de los nuevos miembros tendrá lugar en el 2004, coincidiendo con la prevista ampliación de la Unión Europea hacia naciones del este.
El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otán), George Robertson, anunció al inicio de la cumbre de dos días en Praga que el bloque de 19 países abrió sus puertas a Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia, ampliando su pacto de seguridad desde el Báltico hasta el mar Negro.
Incorporación para el 2004
El presidente checo, Vaclav Havel, anfitrión de la cumbre, declaró: "La era en la que los países estaban divididos por la fuerza en esferas de influencia, o en la que los más fuertes solían subyugar a los más débiles, ha llegado a su fin". Los recién llegados tomarán sus sitios en el 2004 junto a Polonia, la República Checa y Hungría, que en 1999 se convirtieron en los tres primeros países del antigo Pacto de Varsovia en unirse al pacto de defensa de Occidente. Robertson dijo que la Otán, que ahora tendrá 26 miembros y una frontera terrestre con Rusia -su ex rival-, mantendrá sus puertas abiertas a otros candidatos de los Balcanes. "Los invitados no serán los últimos", declaró.
La expansión de la Otán corre paralelamente con la ampliación de la Unión Europea hacia el este, que deberá alcanzar su clímax en Copenhague el mes próximo, borrando las divisiones políticas y económicas que han marcado a Europa por medio siglo.
Lucha antiterrorista
Los líderes aprobaron una fuerza de respuesta rápida de 20.000 miembros para combatir nuevas amenazas alrededor del mundo y prometieron modernizar sus fuerzas armadas en un intento de hacer que la alianza atlántica, marginada en la guerra contra el terrorismo liderada por EEUU, sea relevante en el mundo posterior al 11 de septiembre de 2001. Cada país de la Alianza tomó compromisos concretos en ocho áreas: defensa contra armas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares; inteligencia, vigilancia y adquisición de objetivos; vigilancia en tierra; mando, control y comunicaciones; eficacia en combate, incluyendo municiones de precisión guiada y neutralización de las defensas aéreas enemigas; medios de transporte aéreo y marítimo estratégico; medios de avituallamiento en vuelo, y unidades desplegables de apoyo táctico y de apoyo de las fuerzas de combate.
El pedido del presidente de EEUU, George W. Bush, de respaldo de sus aliados a una amenaza de guerra si Irak no elimina sus presuntas armas de exterminio masivo dominó lo que Robertson calificó como una "cumbre de transformación". Bush aumentó la presión al advertir el miércoles al presidente iraquí, Saddam Hussein, que si le declara a las Naciones Unidas el 8 de diciembre que su país no tenía armas biológicas, químicas o nucleares "entrará en la fase final con una mentira y el engaño no será tolerado esta vez". Francia dijo que no compartía esa interpretación. Un funcionario francés dijo que la comunidad internacional no tiene pruebas de que Irak todavía posee tales armas y que la subsecuente conducta iraquí debería determinar si Bagdad ha violado la resolución de la ONU.
Un comunicado de la cumbre no se refirió directamente a la acción militar, pero dijo: "Los aliados de la Otán están unidos en su compromiso de tomar medidas efectivas para asistir y ayudar en los esfuerzos de la ONU para garantizar el cumplimiento pleno e inmediato de Irak con las condiciones o restricciones de la Resolución 1441 del Consejo de Seguridad de la ONU". Varios líderes europeos advirtieron Irak de las consecuencias de no hacer caso de la resolución de la ONU, pero Alemania reiteró su oposición a participar en una acción militar.
Los miembros de la alianza prometieron desarrollar una lista de capacidades militares, como transporte aéreo, reabastecimiento de combustible, comunicaciones seguras, armas guiadas con precisión, vigilancia en el terreno y guerra electrónica, así como protección contra armas de exterminio masivo. Pero analistas de defensa cuestionan el que muchas naciones europeas, bajo presión para reducir sus déficit presupuestarios en una desaceleración económica, cumplan con las promesas. Sin tales capacidades, la brecha militar trasatlántica podría ampliarse aún más. (Reuters)