Grassi, uno de los sacerdotes más conocidos de la Argentina por su constante aparición en los medios de comunicación, quedó preso el 24 de octubre último, luego de que una investigación del programa "Telenoche Investiga" (TI) difundiera el testimonio de un chico, identificado como Gabriel, que asistía a la Fundación. Según dijo Gabriel, a mediados de noviembre de 1996, cuando él tenía 14 años, el cura le acarició la pierna y lo besó, y dos semanas después lo llevó a su despacho, "lo sentó sobre su falda para tocarle los genitales, bajarle los pantalones" y mantener sexo oral. Luego, un joven identificado como Ezequiel, contó que en 1998, cuando tenía 9 años, rompió un vidrio y fue llevado junto a un amigo al despacho de Grassi, donde éste le acarició los genitales a su compañero y luego le tocó la pierna a él. La jueza repasó el relato de los jóvenes, quienes presentaban "elementos indirectos compatibles con la victimización" y aportaron un relato "creíble y verosímil, sin contradicciones, imprecisiones o mentiras evidentes". Aunque "las versiones entregadas reconocen clara influencia de terceros, la idea no es que la injerencia los ha llevado a mentir, sino que ha dado forma definitiva a sus pensamiento sin variar su naturaleza y ni su sustancia", dijo la magistrada. López Osornio no consideró muchos testimonios por ser de "dudosa rigidez lógica" en torno a la presunta homosexualidad del sacerdote.
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