Año CXXXVI
 Nº 49.670
Rosario,
viernes  22 de
noviembre de 2002
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La Justicia acreditó tres de las cuatro denuncias formuladas por la Fiscalía
Tras 27 días en prisión, Grassi quedó libre pero sigue procesado por abuso
La jueza López Osornio le prohibió acercarse a los chicos si no está acompañado por un cuidador

Julio César Grassi quedó ayer en "libertad atenuada" pero seguirá procesado y no podrá tener contacto con menores de edad en lugares privados ni a solas, según lo dispuso la jueza Mónica López Osornio, a cargo de la causa. No obstante, el sacerdote fue recibido ayer a la tarde con fervorosos aplausos en la Fundación Felices los Niños por los chicos que allí conviven, quienes lo vivaron y alzaron en andas.
Grassi, acusado por cuatro casos de abuso deshonesto -dos de ellos agravados por corrupción- contra niños de su Fundación, quedó bajo un régimen de libertad atenuada tras permanecer 27 días en prisión y, al salir, afirmó que su detención "fue un complot contra la Iglesia".
La jueza de Garantías 1 de Morón, Mónica López Osornio, comunicó la resolución que dispuso que el sacerdote siga procesado por tres de los cuatro cargos que se le imputaban.
Cabe aclarar que a partir de la reforma policial y judicial encarada en la provincia de Buenos Aires por el entonces ministro de Justicia León Arslanián, se considera que el imputado está procesado desde el momento en que presta declaración indagatoria, lo que ocurrió poco después de su detención; en el sistema judicial de la Ciudad de Buenos Aires, en cambio, se considera que se puede declarar como imputado no procesado El fallo autoriza a que Grassi, en vez de permanecer en prisión, pueda salir bajo un régimen de libertad vigilada, especialmente cuando toma contacto con personas de la Fundación.

Acreditan hechos
López Osornio dijo que "se tienen por acreditados los hechos de abuso deshonesto agravado reiterado, dos hechos en concurso ideal con corrupción de menor agravada por la condición de guardador del sujeto activo y corrupción de menor agravada por la condición de guardador del sujeto activo, todo en concurso material entre sí".
La magistrada, en su fallo, determinó un régimen que no le permite al sacerdote tener contacto a solas con menores de edad en lugares privados, ni acercarse, referirse o comunicarse con las víctimas o sus allegados, ni ir solo en la Fundación.
Deberá concurrir el primer día hábil de cada mes ante el juzgado de Morón o el órgano jurisdiccional interviniente, fijar su domicilio dentro de la provincia de Buenos Aires y fuera de cualquier sede o dependencia de la Fundación y no podrá ausentarse del domicilio sin autorización jurisdiccional previa. Además podrá concurrir a la Fundación sólo en el horario de 8.30 a 18.30, bajo la responsabilidad de un cuidador que el sacerdote designará y que la jueza autorizará o no.
El fallo de López Osornio prueba la culpabilidad de Grassi en tres de los cuatro casos que figuran en la causa cometidos en forma reiterada contra el testigo nombrado en forma ficticia Gabriel, pero no incluye en la medida cautelar el caso del menor que aparece con el nombre de Ezequiel, cuyo presunto abuso se habría cometido en El Calafate, Santa Cruz.
El sacerdote, al salir de prisión, fue saludado fervorosamente por un grupo de niños y adultos de su fundación, quienes portaban pancartas y carteles en la que reclamaban su libertad, a los que les repartió su bendición.
Se reunió con sus abogados y luego partió hacia la Fundación Felices los Niños, en la localidad bonaerense de Hurlingham, donde fue alzado en andas, luego de lo cual ofició una misa para agradecer su retorno.
El sacerdote afirmó que su detención "fue un complot contra la Iglesia Católica materializado en mi persona, ya que hay gente que no quiere que la Iglesia tenga a cargo obras de caridad y educativas. No es un complot a niveles altos, sino quizás realizado por niveles bajos y sencillos de la sociedad, que tienen determinados intereses y que aprovechan estas circunstancias para promocionar sus ideas".
En relación a sus dichos sobre "una Justicia lenta, burocrática y hasta a veces corrupta", el sacerdote aclaró que "no me refería a toda la Justicia sino a ciertos sectores de ella, al fiscal Adrián Flores, a la jueza de Menores Ravera Godoy -que instruyó una causa siendo ella de San Isidro-, a la fiscal Rita Bustamante y al juez Alfredo Humberto Meade".

"Sin derecho a la defensa"
Grassi destacó que "no se me permitió el derecho a la defensa; la jueza sí tomó parte de lo que yo dije, pero la fiscal no presentó un solo argumento en mi defensa. Ahora la vida sigue a través de un intenso trabajo con los chicos, para que la Fundación prospere y para esclarecer este hecho que indudablemente dejará una marca en mi persona".
Confesó que "no me arrepiento de nada, porque no soy culpable en este proceso, lo único que siento es que tengo que trabajar más en equipo en la Fundación, pero yo no tengo que demostrar mi inocencia, son las personas que me acusan quienes deben demostrar que soy culpable". El abogado defensor de Grassi, Jorge Sandro, adelantó que apelarán "el punto del fallo de la jueza López Osornio en el que se sospecha de los delitos contra mi defendido".
Sandro remarcó que "hay que tener en cuenta que las denuncias que dan lugar al proceso habrían tenido lugar hace más cuatro años, lo que denota que hay un comportamiento ulterior no puesto en tela de juicio", al tiempo que aseguró que "por el momento, y mientras no se den las condiciones favorables, Grassi no se va a hacer las pericias psicológicas".
El fiscal general Federico Nieva Woodgate opinó que "la diferencia entre lo que pedían los abogados defensores y lo que se otorgó en el fallo de la jueza, es prácticamente nula en términos de la escala penal" y añadió que "la fiscal Bustamante consideró que Grassi era probablemente autor de los hechos y la jueza lo ratificó".
Consideró que la defensa "no tiene ninguna causal para recusar a la jueza o a la fiscal en el marco de esta causa, que es muy curiosa, porque parecería que recusar a un juez es algo ordinario, pero en términos jurídicos es una medida extraordinaria" y explicó que la fiscal "tiene la posibilidad legal de recurrir el fallo de la jueza". (Télam y DyN)



"Fue un complot contra la Iglesia católica", afirmó.
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