En medio de las polémicas que levantarán polvareda en los próximos días, involuntariamente, el arquero canalla Hernán Castellano desató el sábado por la noche en Santa Fe tras la derrota ante Unión en el 15 de Abril otra instancia que amerita al menos un debate, ya que desmintió, sin proponérselo, al flamante médico canalla Pablo Colella. El Rifle, al que Russo le pidió que se fuera rápido para que no hiciera declaraciones como al resto de sus jugadores, alcanzó a decir que "para mí es una vergüenza lo que pasó. Uno no quiere hablar porque después te suspenden, pero hoy Giménez se equivocó muy feo". Hasta allí todo fenómeno y a la altura de uno de los referentes del plantel canalla. La frase que completó la idea es la que traerá cola. Al menos para que se pongan de acuerdo. "Uno pone todo el esfuerzo, me infiltré tres veces para poder jugar este partido, me arriesgué a lesionarme, a estar un año parado. Si sabía esto ni venía", completó el arquero que más allá de las declaraciones cruzadas deberá purgar al menos una fecha de suspensión. El mismo día del partido, Colella había asegurado, con cierta preocupación además, que la cita de Castellano del jueves, en la que dijo "si es necesario me voy a infiltrar", fue una expresión de deseos más que una realidad porque nunca estuvo contemplada esa posibilidad, según el facultativo. Son las dos puntas de una situación que debería aclararse para no manchar el modus operandi de Central en este punto. Con infiltración o sin ella; pero siempre con la verdad. Así es más sencillo. Sobre todo si se toma en cuenta que en el ciclo anterior, el doctor Horacio Leali tuvo mayor difusión por los desatinos que generó a la distancia que por los diagnósticos y los trabajos de curación de sus futbolistas.
| |