El gobernador de Tucumán, Julio Miranda, aseguró ayer que el estado provincial "asumirá el rol de padre" y saldrá en busca de aquellos niños con problemas de desnutrición, a través de un amplio operativo de salud. Miranda hizo el anuncio luego que se conociera la muerte de cuatro niños por desnutrición en los últimos días en su provincia.
El mandatario anticipó que más de 400 agentes sanitarios, con la colaboración de la policía, saldrán a la calle para detectar casos de desnutrición y ayudar a los niños afectados.
También anunció la creación de una línea 0800 para que vecinos, familiares o amigos puedan informar sobre la existencia de menores con este tipo de problema.
Miranda lamentó la muerte de cuatro niños desnutridos y responsabilizó a los padres: aseguró que en tres de los casos los niños "jamás fueron llevados a un centro asistencial para ser atendidos".
"Este es un momento de mucho dolor y preocupación, no sólo como gobernador, sino también como padre", dijo. Imbuido en esa figura, indicó que "si un padre no se da cuenta de la gravedad del problema de su hijo, entonces el Estado asumirá el rol de padre y saldrá a buscar a aquellos niños afectados".
Separan a médica
Yolanda Luna, la médica que administraba el Centro de Atención Primaria de la Salud (Caps) de la zona donde murió por desnutrición la niña Rosa Gómez, fue licenciada por el Sistema Provincial de Salud (Siprosa), en tanto que ayer se comunicó oficialmente que Pablo, de 4 años, ya logró recuperar un kilo en apenas dos días de internación.
"Se abrió una investigación interna para determinar qué ocurrió en el Caps de Las Palmeras -ubicado en la periferia de la capital- y hasta que esto se resuelva, se licenció a la doctora Luna", indicó ayer una alta fuente del Siprosa.
Al conocerse la muerte de Rosa Gómez, de 6 años, a causa de un severo cuadro de desnutrición, los vecinos de Las Palmeras responsabilizaron del hecho a Luna, a quien acusaron de malos tratos y de fumar mientras atendía a los enfermos.
Las autoridades del Siprosa reconocieron que hubo "conatos de violencia contra la doctora, de unos 40 años y con varios años en el Siprosa, sin que nunca haya tenido ninguna mancha en su foja de servicios". (Télam)
La Ciudad
