Un camionero de la localidad de Nelson fue fusilado de un disparo en la cabeza en el kilómetro 0 de la autopista Rosario-Santa Fe. El ataque ocurrió la noche del domingo y los motivos resultan indescifrables: al hombre no le faltaba dinero ni objetos y el camión no fue saqueado. Alejandro Donadío, de 41 años, quedó internado en el Hospital de Emergencias con un diagnóstico de muerte cerebral. Oriundo de Nelson y de una familia de transportistas, Donadío vivía con sus tres hijos, uno más de su segunda esposa y su madre, de unos 80 años, quien se mudó a la casa a partir de un problema de salud. Lo vieron salir el domingo a la tarde para cumplir con un viaje que realizaba entre dos y tres veces por semana. La noticia de su accidente los sorprendió la madrugada del lunes, cuando la policía llamó a la casa, y los dejó profundamente shockeados. Donadío llevaba madera a Buenos Aires. Subió a la autopista en Santa Fe a las 21 y pasó por el peaje de Monje a las 22.30. Un vecino de la zona norte encontró el camión detenido en el inicio de la autopista Brigadier López poco antes de las 23.30. Al no encontrar modo de auxiliarlo, avisó a la policía. El vehículo Mercedes Benz 1518 color rojo estaba parado con el capó levantado y un portalámpara encendido, como si el camionero hubiese detenido para reparar un desperfecto, interpretó la policía. El cuerpo de Donadío estaba tirado en el suelo y su cabeza rodeada de sangre. El hombre fue trasladado al hospital Eva Perón, de Granadero Baigorria, donde le efectuaron las primeras atenciones pero inmediatamente fue derivado al Hospital de Emergencias. Allí llegó en estado gravísimo. Fue internado en terapia intensiva y los médicos reportaron que tenía muerte cerebral. El disparo quedó alojado en la cabeza. Las pertenencias del transportista y los elementos del camión estaban intactos. Donadío tenía 190 Lecops en una de las billeteras, que fueron hallados intactos por la policía. No le faltaban su bolso, donde llevaba ropa, ni su reloj. Tampoco había ningún faltante en el camión, que llevaba, al menos, un valioso equipo de radio. Los investigadores policiales no encontraban una hipótesis que pudiera explicar lo que ocurrió. El homicidio ocurrió a una hora de gran movimiento en el comienzo de la autopista y cerca de algunos restaurantes, por lo que buscaban posibles testigos. Hasta ayer tenían pocos elementos fuera del casquillo del proyectil, hallado en el lugar. Los familiares, en cambio, especulaban con un intento de robo realizado por jóvenes e inexpertos. "Estamos mentalizados de que no tenemos que resistirnos a los robos, pero a lo mejor Alejandro reaccionó con algún movimiento y los confundió", explicó Roberto Donadío, primo del camionero y transportista. "Lo único que se nos ocurre es que no eran profesionales, por eso dispararon y se fueron sin llevarse nada por el susto, al verlo herido", lanzó. A la hora de encontrar una secuencia que ayude a cerrar el dolor, se imaginan a un ladrón joven y narcotizado, que disparó impulsivamente. "Lo peor que te puede pasar es que no sean profesionales, que se asusten, porque ahí hacen cualquier cosa", dijo el hombre. Donadío trabajó toda su vida como transportista, desde los 18 años. Conocía la ruta y sus riesgos. Sus familiares no recordaban que hubiese sido asaltado alguna vez. Dicen que era un hombre bueno, volcado a su familia. Fue adoptado de bebé, se casó joven y su primera esposa falleció a los 24 años. Con ella tuvo un hijo y otros dos en su matrimonio con Daniela, de 34, que ayer estaba confundida de dolor y agobio, como si esperara un milagro.
| |