Integrantes de la Asociación de la Vivienda Unica, que ayer habían instalado una carpa frente a la sede local de la Gobernación para pedir una prórroga de la suspensión de los remates, revelaron que una docena de viviendas están al borde de ser rematadas. Están en tal condición el jardín de infantes de la Escuela de República de Bolivia (avenida Francia y La Paz) y el Amenábar, un tradicional hotel alojamiento. Muchas acciones judiciales fueron planteadas por la Administración Federal de Impuestos (Afip), Aguas Provinciales, EPE, el municipio y la provincia, aunque la mayor parte de los acreedores son bancos y escribanías que dieron créditos hipotecarios que se dejaron de abonar. "En su mayoría son personas que se quedaron sin trabajo, muchas de las cuales intentaron pactar una quita en las cuotas de modo de continuar con el contrato original, pero no les permitieron hacerlo", señaló Marcelo Bonini, directivo de la entidad.
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