En una asamblea en la que privó el sentido común, el oficialismo y la oposición de Rosario Central consensuaron postergar el tratamiento de la reforma del estatuto de la entidad hasta después de las próximas elecciones, que se celebrarán en septiembre del 2003. Además, y por tratarse nada menos que de la carta magna de la institución, las partes también establecieron de común acuerdo la conformación de un grupo de trabajo para convenir la reformulación del estatuto, para lo que la comisión directiva designará a tres personas y la oposición a otras tres. La asamblea se desarrolló en el Cruce Alberdi a partir de las 20 y contó con la presencia de unos 150 asociados. La comisión directiva puso a consideración la aprobación de su proyecto de reforma de estatuto, la que no presentaba cambios sustanciales al vigente y tampoco contenía las modificaciones enunciadas por las agrupaciones opositoras. Ante esto, el socio Juan Testone propuso formar una comisión para la elaboración de un estatuto consensuado y postergar su tratamiento para después de las elecciones, lo que recibió el respaldo de la mayoría y no tuvo resistencia desde el oficialismo. El presidente Vesco ofreció un discurso de alto contenido político y también recibió el aplauso de la mayoría, lo que evidenció un saludable clima de convivencia entre quienes opinan diferente.
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