Hay cosas en la Argentina de hoy que no se entienden y tampoco se podrán explicar. Una de ellas es que el dólar se haya estabilizado gracias a la confianza que los ahorristas le dispensan a la actual administración, elegida por el Congreso, la cual no se sabe cuando se irá, y tampoco hay nada claro sobre el camino a futuro.
Desde el 13 de marzo en adelante, el Banco Central salió a buscar fondos al mercado para financiar al Estado. Lo hacía con el peso en contra que le daba una economía devaluada y en cesación de pagos. A nueve meses vista, el mercado le prestó al Estado 3.446 millones de pesos (957 millones de dólares), que es una cifra similar al déficit de nuestro país en los primeros nueve meses del año.
Esto nos muestra que Argentina es un país generoso: el Poder Ejecutivo le confiscó los ahorros a la gente, le devaluó su moneda, no le paga los bonos, y después de todo la gente vuelve a financiar al Estado. El presidente Duhalde se siente poderoso y decide enfrentar a los organismos financieros internacionales: "Puedo hacer lo que quiero, el pueblo me apoya, ya que lo empobrezco e igual me presta", dice.
Por si esto fuera poco, los bancos eran los grandes perdedores, ya que al desaparecer los ahorros de la gente bajo la figura de bonos en dólares o la reprogramación en su devolución, se quedaban sin negocios, esfumándose el natural beneficio que obtenían al comprar y vender.
Esto también asombra a propios y extraños, ya que lo que parecía estar quebrado sobrevivió: en el mes de octubre, los depósitos a plazo fijo crecieron en 1.597 millones de pesos y ya acumulan un stock superior a los 5.000 millones de pesos. Los tomadores de préstamos privados, en lo que va del año, cancelaron financiaciones por 18.190 millones de pesos, y en el mes de octubre las cancelaciones se ubicaron en los 2.136 millones de pesos.
En este escenario económico nadie toma crédito nuevo y, quien puede, cancela sus financiaciones ante el temor de que con la actualización por inflación minorista algún día no pueda pagar.
Tropezar con la misma piedra
Los bancos volvieron a revivir (aunque algunos todavía no salieron de terapia), reciben depósitos, les cancelan los préstamos, están recuperando la liquidez que tenían y recompusieron sus encajes.
El único gran problema es que como no tienen a quién prestarle, son estas mismas entidades financieras, que están en dificultades por haberle prestado al Estado, las que vuelven a financiar al BCRA para que el Estado nacional pueda financiar su déficit.
Es así que esta economía necesita un psicólogo para entenderla y no un licenciado en ciencias económicas. El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, pero los bancos han superado esta meta, ahora reiteran el error "n" veces, y así se gesta el virus de una nueva crisis financiera que se está incubando. Es la que sobrevendrá el día que no le presten más fondos al Estado, o cuando una vez más el Estado diga no pago o devalué para poder afrontar deudas.
Como los bancos captan plazos fijos, y con dicho dinero le prestan al Estado, los actuales plazofijistas, que en su gran mayoría son los acorralados de diciembre, vuelven a confiar en quien los incautó. Rememorando a un político de la democracia que no se destacó en economía, y cambiando el profesional: un psicólogo por acá, lo necesito.