La Marcha por la Vida, encabezada por 300 niños integrantes del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, finalizó ayer con un emotivo acto en Plaza de Mayo, después de 12 días de recorrido por ocho provincias. En el cierre de la movilización, se reiteró el reclamo por el respeto de los derechos de la infancia, contra el hambre y la pobreza, por el futuro y el trabajo.
Los chicos, que habían partido el 28 de octubre de Puerto Iguazú, ingresaron ayer a la tarde a la plaza con su mensaje de paz, contra el hambre y a favor de la vida y el trabajo, y ocuparon el escenario central montado frente a la Pirámide de Mayo, de espalda a la Casa de Gobierno.
La colorida columna había partido a la mañana desde el parque Rivadavia, desde donde iniciaron el último tramo de su caravana a pie, escoltados por vecinos, organizaciones sociales y políticas y alumnos de escuelas públicas porteñas.
Al culminar la protesta se presentó León Gieco y el coro Kennedy. A pedido de los pibes, Gieco extendió su repertorio previsto, hasta completar cuatro temas.
El Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, coordinado por el sociólogo Alberto Morlachetti, del hogar "Pelota de Trapo" de Avellaneda es una red conformada por unas trescientas organizaciones del país que en esta marcha reclama por los derechos de la infancia.
A su vez, los 300 niños que integraron el contingente son chicos de la calle que viven en hogares sustitutos, o almuerzan en comedores comunitarios ya que sus padres se encuentran desempleados.
"Son los chicos de todos nosotros, no son hijos de la calle, están en la calle y son hijos del pueblo, por eso hay que aprender a transformar la realidad", expresó, emocionado, el titular de ATE, Víctor De Gennaro, presente en la Plaza de Mayo, junto con los secretarios generales de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera), Martha Maffei y Hugo Yaski, de los docentes bonaerenses.
Los dirigentes se abstuvieron de subir al palco en la plaza al coincidir que los protagonistas de este acontecimiento fueron los chicos.
Con un operativo de seguridad propio, los más de 300 pibes de entre 4 y 11 años, representantes de varias provincias, partieron ayer a la mañana bajo la lluvia desde la iglesia Sagrado Corazón de La Matanza, acompañados por familiares y dirigentes de la CTA.
Durante el trayecto a la Plaza de Mayo, sobre la avenida Rivadavia, la gente les dio la bienvenida. La manifestación estaba integrada por dos murgas, un vehículo transformado en una locomotora y varios micros de larga distancia.
Durante el trayecto de la marcha, que atravesó ocho provincias, se vivieron momentos de emoción, pero fue en avenida de Mayo y 9 de Julio el momento que quebró a muchísima gente que observaba como se abrazaban los marchantes con chicos de escuelas primarias que se concentraron dándoles la bienvenida con banderas argentinas y cánticos en defensa de la niñez y contra el plan económico. También les dieron regalos y viandas.
Ya en la Plaza de Mayo sonaron las consignas de la movilización de la CTA: "Olé olé los niños movilizados de Misiones a Capital por la dignidad" se entremezclaron con las palabras grabadas de Eva Perón: "Sé que ustedes tomarán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria".
El acto no tuvo locutores ni oradores mayores. Todo lo hicieron los chicos y de inmediato sobre el escenario llegó el "Sólo le pido a Dios" de León Gieco y el "Color esperanza" interpretado por el Coro Kennedy.
Los protagonistas
Carlos (9 años), de Jujuy, dijo que "este acto del pueblo está dedicado a todos los pibes que tienen hambre en todas las provincias", mientras que Axis (11), de Misiones, dijo: "Represento al Litoral y marchamos para que nuestros padres tengan trabajo, para que los chicos seamos chicos y estemos jugando y comiendo bien en nuestras casas. Marchamos para que no nos roben las Cataratas y nos saquen el paisaje".
Además, María (6), del Ingenio La Florida de Tucumán, dijo que "estamos acá porque perdimos la mitad del año de clases, porque cuando termina la zafra y la cosecha del limón, nuestros padres se quedan sin trabajo; porque hay chicos que no comen y porque nuestros abuelos no tienen remedios para curarse".
Pedro (9) de Entre Ríos dijo que "la Argentina que queremos es con todos los chicos en el colegio estudiando. Queremos que todos los chicos puedan jugar y que no tengan que trabajar tan chicos en el campo".
A su turno, Rodolfo (10), de Santiago del Estero, dijo "soy del Movimiento Campesino santiagueño y venimos para reclamar que no desalojen a nuestros padres de nuestras tierras".
En tanto, Walter (13) de Mendoza habló "en nombre de los chicos del Cuyo. Antiguamente Mendoza era un desierto y sus aborígenes y sus pueblos lo convirtieron en un oasis. Hoy los gobernantes y los empresarios la están volviendo pobre, con fábricas, hospitales y escuelas vacías".
Finalmente Betiana (5) de Chubut señaló que "los chicos de la Patagonia luchamos para que nuestra tierra no sea un lugar olvidado para nuestros gobernantes".
El acto finalizó cuando varios curas y religiosos de distintos credos dieron la bendición a varios kilos de pan en espigas, que posteriormente se repartieron entre los presentes. (DyN y Télam)