Dos ciudadanos argentinos murieron en un ataque suicida perpetrado en Kfar Saba, 16 kilómetros al noreste de Tel Aviv. El hecho, que se suma a la escalada de violencia en Medio Oriente, obligó a las autoridades a reformar el esquema de seguridad que rige en Israel. Los fallecidos, un adolescente oriundo de Córdoba que emigró a Israel con su familia y jugaba al básquet en ese país, identificado como Gastón Perpiñal, de 16 años, y Julio Magrán, de 51, nacido en Misiones, que cumplía funciones de seguridad en el local de compras donde fue detonado el explosivo, estaban charlando en la puerta del shopping en el momento del atentado. El atentado fue protagonizado por un adolescente palestino, Khaled Sawalhi, de quien no se dieron más datos filiatorios. Un amigo de la familia Perpiñal, Jorge Aisicovich, confirmó ayer la muerte del adolescente de 16 años, y señaló que al joven "le tocó estar en el lugar y en el momento equivocado, fue una desgracia como tantas de las que están pasando en este mundo tan convulsionado". Aisicovich manifestó que es amigo de los padres del joven, llamados Gustavo y Cecilia, desde hace años, y que se había comunicado ayer a la mañana con ellos. "Este chico -dijo- había salido de su casa para ir a jugar al basquet y tenía entrenamiento en el club. Aparentemente se había suspendido el juego y cuando volvía se encontró con este otro señor misionero (Magrán) que estaba cuidando la entrada del shopping". Gastón Perpiñal se habría quedado conversando con Magrán ya que había compartido con él un curso de idioma, cuando lo sorprendió la explosión. El chico había concurrido hasta el año pasado al Colegio San Martín de la ciudad de Córdoba y además jugaba al básquet en el club israelí Macavi. "Inmediatamente después de llegar a Israel enganchó un club que tenía mucho interés en él como jugador y estaba muy contento con eso", explicó Aisicovich. Magrán, efectivamente, fue quien intentó expulsar al terrorista palestino que ingresó con explosivos al centro de compras, y de ese modo evitó que la explosión causara más víctimas. Santiago Raibur, primo de Julio Magrán, comentó desde Israel que la víctima "se abalanzó" contra el terrorista palestino que llevaba un cinturón cargado con explosivos, pero la carga se detonó matando al atacante y a los dos argentinos. Raibur dijo que el hombre oriundo de Misiones, pero que residía en la Capital Federal desde los 18 años, emigró ante la falta de trabajo y que solía bromear con el puesto de seguridad que había conseguido. "Se reía de su trabajo; decía •si llego a atrapar a un terrorista, con el poco hebreo que sé, qué le puedo decir, tengo que sacarlo a empujones'". Había llegado a Israel hace un año. Hilda Magrán, prima hermana del guardia destacó que el hombre no era guardia del shopping sino de uno de los locales. "Detectó a una persona que se introduce no por el ingreso habitual, como que se escabulle y entonces lo sigue con la mirada; desconfía de esta persona y sale del lugar para identificarlo y verificar que no lleve explosivos. Cuando ve los explosivos, él se tira encima y cubre con su cuerpo la vida de los demás", dijo Hilda. Ante la situación económica que atraviesa Argentina, unos 6.000 argentinos de religión judía emigraron a Israel en el último año. Las fuerzas de seguridad de Israel adoptaron medidas extraordinarias en su territorio por temor a que se cometan nuevos atentados palestinos. El atentado fue reivindicado por la Jihad Islámica, mientras que en la ciudad cisjordana de Kalkilya, a pocos kilómetros de Kfar Saba, el ejército israelí decretó ayer el toque de queda. (Télam y DyN)
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