Carolina Taffoni / La Capital
"Origen extremo", el nuevo tema de difusión de Catupecu Machu, lo dice todo: sonidos sintéticos, melodías filosas, golpes en seco. El power trío está ahí, pero suena distinto. Después del sorpresivo éxito de su compacto anterior, "Cuentos decapitados", el grupo oriundo de Villa Luro volvió con "Cuadros dentro de cuadros", un disco donde el bajo fue reemplazado por computadoras, samplers y sintetizadores.
El trío integrado por los hermanos Fernando y Gabriel Ruiz Díaz, y el nuevo batero Javier Herrlein, ahora se prepara para presentarse el próximo 23 en el estadio de Obras. En diálogo con La Capital, el líder de la banda, el cantante Fernando Ruiz Díaz, dijo que "Cuadros dentro de cuadros" es "como una cachetada", aseguró que al rock argentino actual le faltan riesgo y experimentación y afirmó que el sonido del grupo no tiene ningún referente directo.
-¿Cuál era la intención antes de hacer el disco?
-La constante de Catupecu es la no constante, el hecho de estar buscando siempre lo nuevo, nuevos sonidos y nuevas formas de composición. A través de esa búsqueda conseguimos un resultado que nos deja más que contentos.
-¿Por qué decidieron grabar sin bajo?
-Nosotros abandonamos el ego de cada uno como instrumentistas. A pesar de que Catupecu tiene un bajista impresionante, que es Gabriel, él mismo decidió no grabar con bajos. Empezamos con un tema sin bajo y lo trasladamos a todos. Las canciones de este CD no son como "Lo que quiero es que pises sin el suelo" sin bajo. Es otro el concepto de composición y de sonido.
-La prensa dijo que el disco es como un salto al vacío, ¿ustedes lo ven así, como un trabajo experimental?
-Ese fue como un análisis muy reciente. Este es un disco arriesgado, pero es el mismo riesgo que asume la banda en todos sus discos. Quizás "Cuadros dentro de cuadros" sea más extremo en esa búsqueda, tiene un sonido que no encuentra una referencia directa en ningún otro grupo. Es experimental, pero también es un álbum de canciones, muy concreto.
-¿Cuál es su banda modelo o guía?
-No tenemos. En este disco la máxima influencia fue el cine. En la quinta donde grabamos vimos todo lo de Tim Burton, de Stanley Kubrick, la saga de "La guerra de las galaxias" y "Snatch", de Guy Ritchie. Las canciones se ensamblaron al final como si se tratara de una película. Además a mí me encantan las bandas de sonido, desde "El tigre y el dragón" hasta "Romeo y Julieta" o "Misión imposible".
-¿Sintieron la presión de sacar otro álbum vendedor?
-La máxima presión de Catupecu es la banda misma, si no estaríamos atados a una fórmula. Podríamos haber hecho "Cuentos decapitados II", pero el nuevo disco es otra cosa. A la compañía le gustó el material porque vio que, a pesar de la experimentación, no era un disco pretencioso. No es un álbum para adentro, introspectivo, es como una patada, una cachetada.
-¿Qué te pareció la entrega de los premios MTV latinos? Ustedes llegaron con expectativas y se fueron con las manos vacías.
-A nosotros nos puso muy contentos estar nominados porque en Latinoamérica y el exterior somos una banda muy nueva. La Ley nos ganó, pero no porque sea mejor que Catupecu. La Ley le copia a Soda Stereo, al Soda Stereo de diez años atrás, y mal. Pero ellos están editados en más países y me pareció lógico que ganaran. Creo que con los años la entrega va a ir mejorando. Sé que la gente de MTV puso mucho huevo para que se haga. Pero fue muy loco que el toque más rockero lo pusiera System Of A Down, que es una banda de afuera.
-¿Qué le falta al rock argentino actual?
-Creo que le falta un poco de riesgo y ganas de experimentar. En otro tiempo existían Sumo, Los Violadores, Soda Stereo y un montón de bandas que estaban en la búsqueda. En los últimos años se cerraron las fronteras. Hay grupos como Babasónicos y El Otro Yo que se animan, pero hay otros que buscan más estar en los medios o consagrarse que hacer música.
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