Juan Ignacio Marín, el sacerdote que el pasado viernes fue separado de la Diócesis de San Luis por el obispo Jorge Luis Lona, fue acusado ayer de abuso sexual en hechos que habrían ocurrido hace 14 años. La noticia, que conmovió a la población puntana, apareció ayer en el matutino local El Diario de la República, que consigna las declaraciones de un hombre de 32 años, a quien sólo identifica como RR.
El denunciante, que "vive en Buenos Aires y trabaja en una empresa de servicios tecnológicos", "en 1988 llegó a Villa Mercedes con apenas 17 años en busca de trabajo, terminar sus estudios secundarios y con una profunda vocación religiosa", asegura el diario.
También señala que allí conoció al padre Juan Ignacio Marín, que era cura párroco de la parroquia Nuestra Señora de la Merced, quien le ofreció alojarlo en ese lugar, donde además del sacerdote también vivían otros jóvenes.
El denunciante aseguró que durante "una siesta, ya instalado y viviendo" en esa parroquia, el padre Juan Ignacio Marín ingresó a su habitación y comenzó a acariciarlo. Tras relatar otros pormenores y señalar que este tipo de hechos se reiteraron durante un mes, el diario contó que "llegó a la parroquia el obispo de San Luis, monseñor Juan Rodolfo Laise" y que "burlando la vigilancia de Marín, RR le contó a Laise lo que le estaba ocurriendo, no omitiendo nada".
Reiteración
El diario asegura que "lejos de tomar cartas en el asunto, de inmediato Laise le pidió que mantuviera reserva, que se quedara tranquilo y que nada dijera de lo que pasaba y que pocos días después el chofer del obispo Laise lo fue a buscar a Villa Mercedes y lo trasladó hasta el seminario de El Volcán".
Luego de otras consideraciones, RR sostuvo que "en el seminario volvió a ser objeto de acoso sexual por parte de otro seminarista, hoy sacerdote".
RR relató al diario que cuando no aguantó más, pidió irse del lugar y por gestiones de Laise fue admitido en 1989 en el Seminario de Zárate-Campana, donde ejercía su ministerio el obispo Mario Espósito Castro.
El pasado viernes, el obispo de San Luis destituyó al padre Juan Ignacio Marín, de 75 años, como párroco de la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe de la capital, por haber incurrido en "conductas irregulares que fundamentan la cesación en el cargo".
Marín, quien también se desempeñaba como capellán del Ejército Argentino, fue destituido en virtud de los dispuesto por los cánones 1740 y 1741 por "trastornos de la conducta que van de lo extravagante y llamativo hasta lo agresivo e intimidatorio, e incumplimiento repentino e injustificado y sin preaviso a compromisos parroquiales".
La resolución del obispado de San Luis también señaló "expresiones irónicas e irrespetuosas hacia el obispo y otros miembros del clero, que despiertan sorpresa y rechazo en los fieles, y discursos por momentos inconexos y cargados de relatos incoherentes, sea en la conversación informal o en ocasión de alguna homilía o actuación puntual".
Agregó que "ha tenido intervenciones públicas inoportunas ante instituciones públicas y medios de comunicación, y trato verbalmente agresivo y despectivo dispensado a algunos niños de la catequesis, con el consiguiente malestar de los padres".
Puntualizó que el padre Marín manifestó "conductas extrañas y ofensivas en ocasión de sus servicios como capellán de la guarnición militar San Luis, lo cual ha provocado la suspensión de los mismos".
El canon 1740 del Derecho Canónico dice que si "por cualquier causa, aun sin culpa grave del interesado, el ministerio de un párroco resulta perjudicial o al menos ineficaz, éste puede ser removido de su parroquia por el obispo diocesano".
Por su parte, el canon 1741, no explicita el abuso sexual, pero éste queda tácitamente comprendido en alguna de las cinco causales de remoción que contiene. (Télam)