El cinco de noviembre de 1975, cuando el gobierno de María Estela Martínez, jaqueado por el lopezreguismo y los militares golpistas, había lanzado una persecución contra Agustín Tosco, este sindicalista cordobés -veterano de las luchas revolucionarias- murió en una rigurosa clandestinidad. Tosco, quien sufría de una larga y penosa enfermedad, fue, al decir de Rodolfo Walsh, "desde su gremio de Luz y Fuerza y desde el Cordobazo, uno de los más altos exponentes de la clase obrera argentina".
| |