Si bien las autoridades locales se preocupan por diferenciar los casos, la provincia de Buenos Aires se presenta como el antecedente inmediato de la catarata de reclamos que reciben los contribuyentes rosarinos. Según un informe publicado por el diario Clarín, en los últimos meses de este año el gobierno bonaerense envió más de 400 mil intimaciones reclamando el pago de patentes. A los automovilistas les otorgaron cinco días para regularizar su situación, bajo amenaza de trabarles embargos de bienes y cuentas bancarias. A raíz de estas advertencias, el índice de morosidad en el pago de las patentes bajó del 55 al 30 por ciento, pero la gente está que trina. Es que a muchos contribuyentes que vendieron sus vehículos años atrás, el fisco bonaerense les sigue reclamando el pago de la patente dado que en muchos de estos escasos aún no quedó asentada la transferencia del rodado a sus nuevos dueños. Mientras tanto, en la Legislatura bonaerense hay un proyecto de ley para modificar el Código Fiscal de la provincia. Si se aprueba, con sólo presentar ante Rentas la copia de la denuncia de venta realizada ante el Registro Automotor, el que está obligado a pagar las patentes será el actual propietario del vehículo. La situación en Capital Federal es, hasta ahora, diametralmente distinta a la de provincia de Buenos Aires. La oficina de Rentas porteña informó que aún no han lanzado un plan de intimaciones especiales. Vale decir que se aplica un ciclo habitual que cuando la deuda por el incumplimiento de la patente llega al año y medio, se inician las gestiones judiciales correspondientes. Por su parte, la Defensoría del Pueblo ha recibido 50 reclamos mensuales por deudas de patentes. Se dan tres casos en general: muchos contribuyentes deben demostrar ante Rentas que ya pagaron, en otros poseen comprobantes de pago con sellos truchos, o reciben intimaciones por deuda de autos que ya vendieron.
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