Julio Chávez ha hecho una sólida carrera en el cine con pocos filmes, desde la lejana "No toquen a la nena", de Juan José Jusid, en 1976, hasta "Un oso rojo", de Adrián Caetano, en 2002. En teatro monta sus propios espectáculos y en televisión fue uno de los protagónicos de "Archivo negro". "El punto de contacto de un actor con los personajes es que no hay personaje que no pertenezca a la naturaleza humana. Entonces, al pertenecer a la naturaleza humana, más cercano o menos cercano tiene que ver con vos. Después es tu habilidad para ver cómo te acercás a esa naturaleza humana", dijo Chávez al explicar sus composiciones. "Claro que hay experiencias muy alejadas y que parecen imposibles, por ejemplo si te toca representar un pigmeo de una tribu africana, pero por ahí alguien te convence de que es eso", dijo y agregó: "A veces lo que parece más cercano, puede ser incomunicable. Por ejemplo, hacer un tipo que toma café puede ser muy complicado, aunque vos creas que es lo más fácil del mundo".
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