Aquella noche Miriam Ruiz Díaz y Alfredo Saldaña habían llevado a su hija Jeannette al Hospital de Niños para un control médico. Al llegar a Gutiérrez y Cepeda ambos se incorporaron, fueron hasta el fondo del colectivo y tocaron timbre. El ya había bajado cuando escuchó dos estallidos. "Fue todo al mismo tiempo, los sonidos fuertes como disparos de armas de fuego, el ruido de motos chicas y la voz de mi mujer llamándome por mi nombre", dijo Alfredo, que tenía entonces 37 años. Al girar vio que su mujer tambaleaba hasta desplomarse en la acera y que la nena se había caído de sus brazos. "Agarré a la nena y le hablé a ella pero no reaccionaba, no me pudo decir nada", contó. El chofer del interno 10 de la línea 145, Jorge Domingo Quiroga, recordó el ruido estruendoso del escape abierto de un ciclomotor y el fuerte llanto de la criatura sobre el cuerpo de su mamá. Walter Zapico, que iba en el colectivo con su novia, miró por la ventanilla del lado derecho y vio en el suelo a la chica que instantes atrás viajaba con él. Y recordó que el chofer comentaba que había tirado "el que iba en la motito".
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