Cinco delincuentes coparon una cochera de Jujuy al 1900 y dieron un espectacular golpe a menos de cien metros de la comisaría 3ª. Con una seguridad propia de profesionales pusieron fuera de juego al encargado del local, al que golpearon y dejaron maniatado en el fondo del predio, y después se apoderaron de cinco automóviles que estaban estacionados. El robo salió tan bien que ni siquiera fue detectado por las personas que estaban en un minimarket ubicado en la puerta del lugar.
"Cuando estaba tirado en el piso atado y escuché que ponían en marcha los motores, me quise morir. No sé con qué cara voy a mirar a los dueños de los autos, porque estaban bajo mi responsabilidad", contó a La Capital Martín Garcinuño, el encargado del estacionamiento ubicado en Jujuy entre Dorrego y Moreno.
El atraco se produjo alrededor de las 23 del jueves y en total los delincuentes habrían estado en el interior del garaje unos 15 minutos. Martín esperaba la llegada de su relevo, que debía cubrir el turno de la madrugada.
En ese momento Garcinuño se encontraba en el interior de su garita. Los delincuentes llegaron a pie y fueron directamente hacia él. Tenían sus caras descubiertas, pero el empleado no alcanzó a verlos porque todo fue muy rápido. "De golpe aparecieron delante mío. Me pegaron una piña y me agarraron de los pelos", relató el muchacho. "Lamentablemente no los pude ver bien porque me tomaron del cuello y me hicieron agachar la cabeza mientras me arrastraban hacia el fondo del local. No me dieron tiempo de nada", agregó.
Los hampones llevaron a Martín hacia el sector del lavadero de autos y allí le taparon la cabeza con una sábana con la que estaba cubierta una motocicleta. Después le ataron los pies y las manos con los cordones de sus zapatillas y lo dejaron tirado en el piso. "Diría que casi no hablaron entre ellos ni tampoco me dijeron algo. Sí se los veía apurados", añadió el sereno.
Con la situación controlada, los maleantes seleccionaron los coches que querían llevarse. Así detectaron que dos de los vehículos estacionados en el lavadero tenían las llaves colocadas en el tablero. Después fueron hasta la garita del empleado y sacaron otros tres juegos de llaves. Como no sabían a qué auto pertenecían y la cochera estaba prácticamente colmada de vehículos, lo único que tuvieron que hacer fue accionar el dispositivo de cierre centralizado de puertas.
Así, los delincuentes lograron llevarse un Fiat Palio color negro, un Chevrolet Corsa verde, un Peugeot 206 gris, un Renault Kangoo gris y un Renault 19 gris plomo. Todos esos vehículos pertenecían a clientes del barrio y estacionan en esa cochera, en un sector de parcelas móviles por lo cual debían dejar las llaves al encargado. "Hoy no me animo a mirarlos a los dueños a la cara, no se qué decirles", se lamentó ayer al mediodía. No obstante, Martín recibió la solidaridad de los dueños de los coches. "Lo primero que hicieron fue preocuparse por mí, y estoy agradecido", consignó.
Un vocero de la sección Sustracción de Automotores de la policía local calificó al robo como un "hecho inédito" en la ciudad y lo atribuyó a "gente especializada y con una organización importante". Según la fuente, "por ahí roban un auto en una cochera, o dos en una misma noche pero en diferentes garajes".
"Nosotros creemos que esos autos ya están fuera de Rosario", opinó un oficial de policía. "Eligieron muy buenos vehículos, en buen estado y sobre todo ágiles. Salvo el Kangoo, que es tipo utilitario y un poco más lento, los otros cuatro son autos muy veloces y bastante nuevos, que tranquilamente pueden ir a parar a un desarmadero o utilizarse en algún atraco", agregó.
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La Ciudad
