| | cartas Mi pasado me condena
| Francisco Paz es un pueblo muy pequeño ubicado a 11 kilómetros de Santa Teresa que en un tiempo no muy lejano abrigó sueños y esperanzas de mucha gente del sur santafesino. Todos los años el primer domingo de octubre se festejan las fiestas patronales en honor a San Francisco de Asís; los actos consisten en la celebración de una misa y en un posterior almuerzo. El acontecimiento, que congrega aproximadamente a cuatrocientas personas, este año se vio privado de lo más trascendente (especialmente para la gente mayor): la celebración de la santa misa. La razón es simplemente que el cura párroco Luis Milloco, de la parroquia de Santa Teresa (lugar al que pertenece Francisco Paz), no quiso ir. Y como si esto fuera poco, tampoco permitió que otro sacerdote lo hiciera en su lugar. Las razones por las cuales el cura no quiso ir sólo el las sabe. Quizás sea el producto de algún resentimiento social. Ahora ya está, ya pasó. La fiesta se realizó, el almuerzo fue un éxito. Lo que todavía hoy tratamos de explicarle a la gente mayor es por qué un cura (con un pasado muy oscuro) no quiso ir a dar misa a San Francisco Paz. DNI 40.338.805
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