La ciudad de Catania y la región en torno al volcán Etna, en la isla italiana de Sicilia, sufrieron ayer al mediodía (16 hora argentina) un fuerte sismo de 4,4 grados de magnitud en la escala de Richter, al que siguieron anoche varias réplicas, de las cuales una fue de 4,1 grados, según se precisó oficialmente. El terremoto causó heridas leves a nueve personas, además de dejar a más de 1.000 familias sin vivienda.
En la localidad de Santa Venerina, al pie del volcán, numerosas casas resultaron dañadas y destruidas. También en Catania se registró el temblor. Sin embargo, un vulcanólogo dijo que no está totalmente claro si existe una relación entre el sismo y la erupción del Etna.
En tanto, los ríos de lava seguían bajando del Etna hacia el valle. Una densa nube de cenizas se extiende hasta Malta y el norte de Africa.
En Catania fueron repartidas máscaras de gas para las personas mayores porque evidenciaron serias dificultades para respirar debido a la concentración de polvo en suspensión en la atmósfera.
Equipos de rescate armaron en la región carpas para las personas que se quedaron sin vivienda mientras que los bomberos y miembros de equipos de protección civil de toda Italia estaban listos para iniciar sus tareas en Sicilia.
El gobierno de Roma dispuso el estado de emergencia en la zona. La proclamación del estado de emergencia es un paso burocrático necesario para liberar fondos adicionales.
Pánico y desesperación
Varias personas resultaron heridas por objetos que cayeron a consecuencia de los temblores. "Tuvimos realmente mucha suerte de que estuviéramos afuera cuando se sintió el temblor. Nadie resultó herido, pero ¿se imagina el terror con todos esos niños alrededor?", dijo llorando una residente de Santa Venerina, María Lagana.
La serie de sismos que sacudió toda la región este de Sicilia todo el día y la noche obligó a decenas de miles de residentes a pernoctar a la intemperie por temor a ser sepultados por los escombros de sus viviendas si permanecían dentro de ellas y un terremoto de gran intensidad afectaba la zona.
"Estábamos limpiando la iglesia cuando ocurrió. Las madres corrían dando gritos por las calles de Santa Venerina en busca de sus hijos", explicó Lagana.
El sismo causó daños graves a toda una cuadra de viviendas que fueron declaradas inhabitables por las autoridades. Las familias serán alojadas temporalmente en tiendas de campaña.
En los últimos tres días, la lava hirviente ha causado fuegos en los bosques de pinos cercanos y una espesa nube de humo tiñó de negro el cielo de Catania, la segunda ciudad en importancia de Sicilia, aunque no parecía haber riesgos inmediatos de que las ciudades fueran sepultadas por la lava del volcán.
En el momento del sismo se desató el pánico entre la población, y muchas personas corrieron al aire libre, mientras comenzaba una nueva lluvia de cenizas.
"Tan graves nunca fueron las consecuencias de una erupción del Etna", opinó un habitante. El aeropuerto de Catania permanecerá cerrado hasta mañana.
Los expertos hablaron de una de las más fuertes erupciones del Etna en años. Los bomberos están intentando levantar barreras para evitar que la lava llegue a las poblaciones.
Cerca de la estación de esquí de Linguaglossa (lengua de lava) la situación era amenazante. Las llamas destruyeron partes de uno de los bosques de pinos más bellos de la isla mediterránea. "La lava se acerca cada vez más", dijo un testigo.
Al igual que en Sicilia, del volcán en la isla cercana de Stromboli era expulsada lava hasta a 200 metros de altura.
"Toda la ciudad está cubierta por una ceniza oscura y fina", relató un habitante de Catania. Al igual que otras localidades, también en ésta las autoridades ordenaron mantener cerradas las escuelas durante varios días. Asimismo se prohibió el uso de motocicletas, ya que con vehículos de dos ruedas es fácil resbalar en la ceniza.
En julio del año pasado, tras una gran erupción de ríos de lava, varios pueblos estuvieron amenazados durante semanas. En 1979 una erupción del Etna causó la muerte de varios turistas. (DPA)