| | cartas "No matarás" es irrenunciable
| La muerte del soldado Omar Carrasco marcó un hito trágico entre las tantas violaciones a los derechos humanos cometidas desde las Fuerzas Armadas. El fallecimiento del joven Cazenave, en una dependencia militar, es una prueba más de la arbitrariedad y el autoritarismo que anida aún en algunos sectores de la sociedad argentina. La llamativa insistencia del ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, en imponer a la población civil un reingreso en los cuarteles debería poner en alerta a toda la sociedad civil. Transcurrió un cuarto de siglo y las heridas y horrores provocados por la cruenta incursión militar en la vida política no sólo no pudieron restañarse, sino que la impunidad de los responsables persiste. Por lo tanto, no existe posibilidad de conciliación alguna. La memoria colectiva no puede hacer caso omiso de la magnitud de semejante tragedia. El imperativo "no matarás" es categórico e irrenunciable. No podemos aceptar impávidos esta maniobra coercitiva que vulnera las conciencias de quienes creemos que nunca la razón de las armas podrá sustituir a las armas de la razón. Carlos A. Solero
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