El presidente Eduardo Duhalde debe tener la íntima convicción de que nadie le cree. De otro modo no se explica por qué todos los días insiste con su pedido al Parlamento para que acepte su "renuncia indeclinable" a partir del próximo 25 de mayo. En medio de ese interminable juego dialéctico, ayer volvió a recrudecer la interna peronista con los mismos actores de siempre en el centro de la escena: el propio Duhalde, su enemigo Carlos Menem y el tercero en discordia, el puntano Adolfo Rodríguez Saá. Mientras el destino del país está en manos de los cuerpos institucionales del PJ, Duhalde volvió ayer a tirarle toda la presión al Congreso por el futuro electoral al pedir que "tome la responsabilidad" de ratificar "la fecha del 30 de marzo" porque "corre riesgo la realización de las elecciones" presidenciales y "hay que darle seguridad jurídica a la gente". En tanto, el jefe del Estado confirmó que el próximo martes viajará a Chile en visita oficial y no irá al congreso nacional del justicialismo convocado para ese mismo día por el duhaldismo, en medio de la puja que mantiene con el sector liderado por Menem por el control de las elecciones internas partidarias que definirán al candidato presidencial del PJ. El presidente reiteró su decisión "indeclinable" de "entregar el gobierno" al próximo presidente electo a partir del 25 de mayo y calificó de "imbecilidades" las versiones sobre su supuesta intención de quedarse en el poder "hasta diciembre" del 2003. Menem, en tanto, defendió ayer la convocatoria a las primarias para el 15 de diciembre convocadas por el consejo nacional partidario, volvió a acusar a Duhalde de "involucrarse en la interna" y advirtió que los precandidatos que no oficializaron la fórmula "tienen miedo de afrontar la responsabilidad en las urnas" (ver aparte). Menem dijo que "el presidente está equivocado cuando manifiesta siempre que lo estamos molestando. Es a la inversa, nosotros no hacemos nada, al contrario, es el gobierno el que está involucrado en la interna" No obstante, Menem aseguró que "no hay posibilidad de ruptura" en el justicialismo, aunque volvió a embestir contra la convocatoria del duhaldismo al congreso partidario en Parque Norte. Sobre este punto, el propio Duhalde ratificó la fecha del congreso, aunque dijo que él no podrá asistir porque tiene que viajar a Chile. Curiosamente, el presidente evaluó que "el tema del partido y del congreso es un tema que la prensa le da mucha más importancia de la que tiene". En un nuevo intento por bajar el tono de la disputa judicial que sumergió a las facciones que dirigen el congreso y el consejo nacional del justicialismo, Duhalde agregó: "Me parece que se está dando por el pito, más que lo que el pito vale (sic)". Duhalde anticipó que en la reunión del congreso del PJ, donde sus allegados tienen mayoría, "cambiarán" las autoridades del órgano "porque las renuncias" suya y de Carlos Reutemann como máximas autoridades de ese cuerpo "son indeclinables", por lo que "elegirán a otros miembros y sesionarán". El que tampoco se privó en salir a escena fue Rodríguez Saá. Con su acostumbrada verborragia, el puntano confirmó que el menemismo aceptó incluir a sus representantes en la junta electoral, pero continuó con su estrategia de mostrarse equidistante de la disputa Menem-Duhalde. "Creo que esta pelea no solamente complica la vida del justicialismo, sino la vida de todo el país", se despachó.
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